Saltarse semáforos en rojo. Conducir a altas velocidades. Cruzar las líneas centrales hacia carriles opuestos. Tener accidentes… incluso arrollar a peatones. Un nuevo estudio descubrió que estos eran algunos de los peligrosos comportamientos al volante de las personas que consumen marihuana recreativa habitualmente, en altas cantidades y que comenzaron a hacerlo antes de los 16 años.
Y aquí está el asunto: los consumidores condujeron mal incluso cuando ya no estaban bajo los efectos de la droga.
El estudio, publicado este martes en la revista Drug and Alcohol Dependence, pidió a consumidores crónicos y de altas cantidades de marihuana que condujeran en un simulador de manejo personalizado.
“El consumo alto fue definido por el uso diario o casi diario –un mínimo de cuatro veces por semana– con una exposición de por vida de 1.500 veces”, explicó Staci Gruber, directora del programa Investigaciones de Marihuana para el Descubrimiento Neurocientífico (MIND, por sus siglas en inglés) del Hospital McLean, el hospital de enseñanza psiquiátrica más grande de la Escuela de Medicina de Harvard.
Para el momento del experimento, el grupo de marihuana llevaba sin consumir la sustancia al menos 12 horas y, según pruebas de orina, no se encontraban intoxicados por el THC, el principal compuesto psicoactivo de la marihuana recreativa.
A pesar de no tener THC en su sistema, los consumidores de altas cantidades siempre registraron un desempeño peor en las tareas de conducciones que quienes no consumen, cometiendo errores críticos y peligrosos.
¿Los peores conductores? Aquellos que comenzaron a consumir marihuana regularmente antes de los 16 años.
“Antes de los 16 años, el cerebro es especialmente vulnerable al desarrollo neurológico, no solo con el cannabis sino también con otras drogas, alcohol, enfermedades y lesiones”, indicó Gruber. “El cerebro está realmente en construcción, o si estás en el mundo del cannabis: ‘crudo’”.
“Y cuando observamos a los consumidores de cannabis y los separamos entre el uso temprano (antes de los 16 años) y el uso posterior, casi exclusivamente estas diferencias entre los dos grupos se atribuyeron al de aquellos que iniciaron el consumo de manera temprana”, dijo Gruber. “Entonces, es la exposición temprana al cannabis lo que parece conferir mayor dificultad para ejecutar tareas cognitivas complejas como conducir”.
Ahora, eso no fue una verdadera sorpresa, dijo la coautora del estudio Mary Kathryn Dahlgren, becaria posdoctoral en MIND.
“Las investigaciones han demostrado consistentemente que el uso temprano de sustancias, incluido el cannabis, está asociado con un rendimiento cognitivo menor”, destacó Dahlgren, “específicamente tareas controladas por la parte más frontal del cerebro, la parte detrás de las cejas”.
Se trata de la misma parte del cerebro que controla nuestros impulsos, un factor importante en las elecciones apropiadas de comportamiento.
“Hemos documentado el papel de la impulsividad en los consumidores de cannabis anteriormente, y parece que un inicio más temprano puede conferir una capacidad disminuida para inhibir las respuestas inapropiadas”, aseguró Gruber, y agregó que la ciencia no comprende completamente la relación.
“¿Qué ocurre primero? ¿Son estas diferencias de impulsividad las que llevan al consumo temprano de cannabis? ¿Es el uso temprano de cannabis lo que impulsa las diferencias de impulsividad? Esa pregunta realmente debe abordarse en futuros estudios longitudinales que analicen a estas personas antes de que comiencen a consumir cannabis”, añadió.
¿Se aplica esta misma preocupación a quienes utilizan de marihuana medicinal? De ninguna manera, dice Gruber. “En nuestros pacientes con cannabis medicinal no vemos eso en absoluto. De hecho, vemos mejoras”, aclaró.
Las encuestas indican que aproximadamente 124 millones de estadounidenses de 12 años o más han probado la marihuana al menos una vez, con casi 28 millones asegurando que la consumieron durante el último mes, según la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud de 2018.
Con más y más estados legalizando la marihuana de uso recreativo – actualmente son 11 estados y el Distrito de Columbia– existe una creciente preocupación por el posible impacto en la conducción, el crimen y otros problemas de seguridad.
Pero tanto Gruber como Dahlgren enfatizan en que es demasiado pronto para saber cuán significativos pueden ser estos resultados.
“De ninguna manera estos datos sugieren que todas las personas que usan cannabis tienen sus habilidades afectadas y no pueden conducir”, explicó Dahlgren. “Pero debemos tener en cuenta a nuestros consumidores más jóvenes y más vulnerables con respecto a la edad a la que se exponen y tal vez comiencen a consumir regularmente, porque puede haber efectos posteriores de ese uso en el futuro”, añadió.
Algo que es especialmente preocupante teniendo en cuenta el hecho de que la marihuana parece estar reemplazando a los cigarrillos en las encuestas nacionales recientes, dijo Gruber.
“El consumo diario de cigarrillos entre los alumnos de grado 12 fue de 2,4% y el consumo de marihuana fue de 6,4%”, dijo. “¿Recuerdan toda la campaña con Nancy Reagan, ‘Solo di no’ y cómo no funcionó? Entonces les decimos a los adolescentes, ‘Todavía no’. Dale a tu cerebro más tiempo y oportunidad para desarrollarse antes de consumir”.
*Con información de CNN