Las grandes ciudades y las mega industrias que hay en ellas son sinónimo de polución y contaminación. Este fenómeno se abre paso destruyendo todo lo que habita a su alrededor: ríos, mares, suelos, campos y el aire que es indispensable para la supervivencia de todas las especies del mundo.
Un equipo de científicos se propuso estudiar estos efectos y concluyó que respirar aire contaminado aunque sea por poco tiempo puede afectar negativamente al corazón y a los vasos sanguíneos.
Invitaron a 40 personas para ser parte del experimento y luego de dos horas de exposición a gases que simulaban la polución urbana, demostraron que sus cuerpos evidenciaban los primeros síntomas ligados a enfermedades cardiovasculares y problemas cardíacos. “Este impacto duró 24 horas en sus organismos”, señaló Dimitris Tousoulis, uno de los responsables de la investigación.
El planteo de la situación fue en un cuarto especialmente adaptado y con una combinación de gases de escape de motor diésel y aire filtrado durante dos horas consecutivas. La investigación demoró unas cuatro semanas y los niveles de monóxido de carbono y otros contaminantes simularon ser el equivalente a la contaminación que a diario se inhala cuando se transita por una ciudad estándar.
“Este tipo de aire tuvo un efecto perjudicial prolongado. Evaluamos los pasos clave detrás del proceso de bloqueo de los vasos sanguíneos y coincidimos con que la exposición a corto plazo de los gases diésel impactó con efectos duraderos”, expresó Tousoulis.
Además, concluyó señalando la importancia de implementar medidas de salud públicas para mejorar la calidad del aire en las ciudades y la salud de sus habitantes.
El estudio de la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas (Grecia) fue publicado en la Revista Europea de Cardiología Preventiva (European Journal of Preventive Cardiology).