Durante el gran éxodo de 2015, en plena guerra en Siria, casi un millón de refugiados desembarcó en las islas griegas en el mar Egeo, cerca de Turquía, la mayoría de los cuales pasaban a Europa central. Las imágenes de las mujeres de Lesbos dando biberón a bebés refugiados dieron la vuelta al mundo. En 2016, un grupo de habitantes de esa isla fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz por haber rescatado a solicitantes de asilo.
Cinco años después de la crisis económica de 2010, “la gente esperaba aún que el gobierno de centroizquierda de Alexis Tsipras, con una visión humanitaria de los refugiados, iba a detener la austeridad”, explicó a la AFP Filippa Chatzistavrou, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Atenas.
Pero la población griega se ha empobrecido y todavía lucha por recuperarse de años de crisis, a veces tentada por comportamientos de extremismo violento, opina Chatzistavrou. En términos objetivos el gobierno populista de Tsipras, al margen de sus proclamas políticas, llevó adelante uno de los ajustes mayores de la historia moderna de Grecia, acordado con la Unión Europea y aún pese a un referéndum que votó en contra de esa posibilidad.
Inmigrantes y refugiados son llevados en carro por un caballo cerca de la frontera griega en la parte fronteriza de Pazarkule, en Edirne, Turquía, este domingo. EFE
Según Kostas Filis, director del Instituto de Relaciones Internacionales griego, “el desplazamiento de cientos de miles de personas que huían sobre todo de la guerra en Siria y del ISIS fue espontáneo en 2015”. “Actualmente, el flujo de migrantes, mucho menor, que intenta entrar a Grecia, está dirigido por Turquía”, afirmó.
Ankara decidió el 28 de febrero abrir sus fronteras utilizando a los migrantes como “arma política”, según Atenas. En menos de 48 horas más de 13.000 personas llegaron al puesto fronterizo de Kastanies (Pazarkule, del lado turco). Lo que Turquía busca es quebrar la resistencia europea y lograr un apoyo clave en sus incursiones militares en Siria.
“Turquía en busca del apoyo de Occidente (en Siria) se muestra más agresiva, y los flujos de migrantes son ahora un efecto colateral, un medio geopolítico utilizado para cambiar el equilibrio de fuerzas”, opina Chatzistavrou.
El primer ministro conservador, Kyriakos Mitsotakis, quien endureció la política migratoria griega al llegar al poder en julio, reforzó las fuerzas policiales y militares a lo largo del río fronterizo de Evros para impedir la “invasión” y enfrentar la “amenaza” contra Grecia. Estos términos, retomados por ministros, medios de prensa y habitantes, crean una retórica belicosa que beneficia a “los nacionalistas y a la extrema derecha”, según Filis.
Un grupo de migrantes camina en la fontera griega con sus pocas pertenencias buscando llegar a Turquía y seguir a Europa. EFE
Habitantes del departamento fronterizo de Evros siguen recorriendo la frontera para advertir a las autoridades sobre el pasaje de migrantes. En la isla de Lesbos se multiplicaron los ataques contra ONG’s defensoras de los migrantes, y contra periodistas. Expresando su apoyo a Atenas, la UE considera a Grecia como “escudo” de Europa.
Grecia volvió a ser en 2019 la primera puerta de entrada para los solicitantes de asilo en Europa y la situación es explosiva en los sórdidos campamentos de las islas. “En cinco años, la paciencia se ha agotado y esto abre la puerta a la violencia y a los discursos hostiles”, resumió Maria Stratigaki, profesora de Política Social de la Universidad de Panteion, en Atenas.
El ex premier populista griego, Alexis Tsipras AFP
El gobierno, criticado por las ONG’s por suspender los procedimientos de asilo y aplicar “la expulsión inmediata” de migrantes, responde que “actualmente no se trata de un problema migratorio”. “El griego ha demostrado que acoge a personas perseguidas en zonas de guerra, como los sirios en 2015”, destacó el portavoz del gobierno, Stelios Petsas.
“El problema actual es que Turquía utiliza nacionales de Afganistán, Pakistán y África para sitiar (a Grecia). Esto es lo que vamos a detener. Vamos a mantener las fronteras cerradas tanto como sea necesario”, afirmó.