¿Cuánto tardará la vacuna para el coronavirus?

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«Se ha encontrado una vacuna para el coronavirus»... Una y otra vez vemos noticias como esta, que terminan por desaparecer rápidamente para no volver a ser discutidas. Por lo general, se busca un titular que llame la atención, y suele omitirse la extrema complejidad de este proceso a cambio de esperanzar a la población general.

La triste realidad es que el proceso de generar una vacuna es costoso, y sobretodo, lento. Por mucho que los laboratorios del mundo estén aunando fuerzas, y gigantes como la fundación Bill Gates hayan volcado recursos en esta titánica misión, queda un largo recorrido por delante.

Entonces, ¿cuánto tardará la vacuna para el coronavirus? Hasta ahora no hay una respuesta precisa. Mientras tanto, en este espacio queremos repasar qué es una vacuna, y sobretodo, el intrincado proceso que conlleva su desarrollo.

Vacunas: combatiendo al enemigo

Una vacuna es una preparación destinada a generar inmunidad contra un patógeno, estimulando la producción de anticuerpos. Cuando se nos pincha en el médico, normalmente se inocula una solución con formas debilitadas o muertas del microbio al que queremos combatir.

Este agente estimula el sistema inmunitario, que es capaz de reconocer, destruir y, sobretodo, recordar la amenaza para futuras exposiciones al mismo. Nuestro sistema inmune sabrá cómo actuar en futuras invasiones ante el enemigo reconocido, evitando así una infección.

Por ello, la gripe no supone un problema para la población global: si estamos vacunados no tenemos de qué preocuparnos.

Vacunas: combatiendo al enemigo
Las vacunas tienen como finalidad generar inmunidad ante agentes patógenos.

Desarrollo de una vacuna: primeros pasos

El desarrollo de una vacuna es un proceso largo y complejo que, a menudo, tarda de 10 a 15 años, e involucra la participación combinada de organizaciones públicas y privadas.

No nos asustemos: el desarrollo de la vacuna del coronavirus es de prioridad máxima, y se estima que estará lista de 12 a 18 meses. Aún así, los pasos son intrincados; a continuación los detallamos.

1. Etapa de exploración

Esta etapa supone todos los pasos básicos realizados en un laboratorio. El primero de los pasos, y más complejo de lo que parece, es aislar al virus fuera del paciente y que este permanezca en un medio de cultivo. En el caso del coronavirus este hallazgo sucedió un mes después del descubrimiento del virus.

Una vez aislado, pueden realizarse modificaciones del mismo para debilitarlo o aislar sus toxinas y así convertirlo en una futura vacuna. Esta primera etapa, en condiciones normales, puede durar de 2 a 4 años.

2. Etapa preclínica

En esta etapa, el agente debilitado aislado es inoculado en tejidos animales aislados o en animales vivos (tales como ratas de laboratorio) para ver si realmente se produce una reacción en el sistema inmune del organismo.

Nunca se realiza en humanos, pues el riesgo de una infección es altísimo. Muchas vacunas no consiguen salir más allá de esta etapa, pues no pueden promover la respuesta deseada en el organismo. Una vez descritos los primeros análisis exploratorios, y si funciona en animales, comienza el desarrollo en humanos.

Estudios clínicos con humanos

Aquí comienza la parte más intrincada, y sin duda, la más condicionante para el correcto desarrollo de la vacuna.

  • FASE I: se utiliza un pequeño grupo de adultos, de 20 a 80 años generalmente, a los que se les inoculará el agente infeccioso muerto o debilitado. Las metas de las pruebas de fase I son evaluar la seguridad de la vacuna candidata y determinar el tipo y el alcance de la respuesta inmunológica que provoca.
  • FASE II: el grupo experimental aumenta, comprendiendo a varios cientos de personas. En esta fase pueden entrar a participar personas de riesgo frente a la enfermedad.
  • FASE III: aquí ya se encuentran involucradas decenas de miles de personas para vacunar. Algunos efectos secundarios poco usuales podrían no ser evidentes en grupos más pequeños. Todos lo habremos leído en las contraindicaciones de muchas vacunas: «en 1 de cada 1000 personas produce intensas cefaleas», por ejemplo. Aunque sea un porcentaje muy bajo, es necesario describirlo.

Dejando aspectos legales y de aprobación gubernamental a parte, una vez superada la fase III, la vacuna debería de ser viable.

Médico con una vacuna
Antes de ser producida masivamente, las vacunas atraviesan un proceso de desarrollo con un mínimo de tres fases.

Vacuna contra el coronavirus: ¿en qué punto nos encontramos?

La mayoría de los países se encuentran aún en etapa preclínica. Es necesario continuar probando las vacunas en animales para cimentar su eficacia. Aún así, desde finales de marzo, en China se pasó a la Fase I de exploración con humanos.

Esto es una buena noticia, pero tenemos que tener claro que el seguimiento mínimo de los voluntarios vacunados será de 6 meses. Después, habría que ampliar el grupo muestral, esperar más tiempo y, por último, empezar a producir la vacuna masivamente.

Es una triste realidad que tendremos que convivir con el coronavirus bastante tiempo. Pero también convivimos con muchas otras enfermedades para las que no existe vacuna. Tenemos que tener en cuenta que lo más importante es reducir el grupo de personas contagiadas, y que una vez frenada la pandemia, lo peor habrá pasado.

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