El martes, la ciudad de Xi’an, en el centro de China, registró 52 nuevos casos de covid-19. Para el miércoles, las autoridades habían impuesto estrictas medidas de confinamiento a sus aproximadamente 13 millones de residentes.
Las amplias restricciones, que impiden que las personas abandonen sus hogares, se producen cuando el país se prepara para la temporada de viajes del Año Nuevo Lunar, seguida rápidamente por los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, que comenzarán en la capital, Beijing, el 4 de febrero.
Xi’an, una antigua ciudad conocida internacionalmente como el hogar de las esculturas de guerreros de terracota de 2 mil años de antigüedad, detectó su primer caso relacionado con el último brote en un hotel de cuarentena el 9 de diciembre. Se cree que el virus se propagó a la comunidad a través de un trabajador del hotel infectado con el virus.
Las autoridades creen que el brote está vinculado a un vuelo de entrada desde Paquistán el 4 de diciembre, donde se encontró que al menos seis pasajeros tenían la variante delta. Hasta ahora, no se han reportado casos de la variante ómicron en Xi’an.
Las autoridades actuaron rápidamente, suspendiendo las clases y realizando pruebas masivas en toda la ciudad. Sin embargo, los casos han seguido aumentando. Desde el 9 de diciembre, la ciudad ha registrado un total de 206 casos. El miércoles, las autoridades registraron 63 nuevos casos transmitidos localmente, la cifra diaria más alta de Xi’an este mes.
Para el mediodía del miércoles, más de 30 mil personas que se cree que habían entrado en contacto con un caso confirmado fueron puestas en cuarentena, según el periódico estatal China Daily. Ese mismo día, la ciudad impuso un estricto confinamiento para todos los residentes hasta nuevo aviso.
Xi’an ahora se designa como un “área controlada”, la segunda categoría más alta de confinamiento de China. Esto significa que los residentes tienen prohibido salir de sus hogares, excepto en casos urgentes como emergencias médicas. Cada hogar solo puede enviar a una persona designada fuera del hogar para comprar alimentos cada dos días.
Después de que se anunciaron las nuevas restricciones, los habitantes corrieron a los supermercados para abastecerse de suministros antes de que el confinamiento entrara en vigencia a la medianoche, según el tabloide estatal Global Times.
Las escuelas, las instalaciones públicas y los sistemas de transporte también están cerrados, excepto para los proveedores de servicios esenciales como hospitales y supermercados, según el anuncio del gobierno local.
Xi’an está a un paso de la categoría de confinamiento más alto de “área sellada”, en la que los residentes tienen completamente prohibido salir de sus hogares y los alimentos se entregan en la puerta.
Esta es apenas la cuarta vez que una ciudad china importante ha sido colocada bajo el confinamiento de “área controlada”. Aunque los brotes anteriores han tenido restricciones similares, generalmente solo se aplican a áreas específicas donde las infecciones son más frecuentes, no a una ciudad entera.
La aparición de otro brote ha planteado dudas sobre la viabilidad a largo plazo de la ambiciosa política de “covid cero” de China, que tiene como objetivo eliminar el virus por completo dentro de las fronteras del país.
A pesar de administrar más de 2 mil 700 millones de dosis de sus vacunas de cosecha propia, las autoridades han luchado con una serie de brotes de rápida propagación.
El brote en Xi’an sigue a otro impulsado por la variante delta en el verano, un brote en septiembre en la provincia de Fujian, un brote en octubre que se extendió a más de la mitad del país y luego, varios brotes en Mongolia Interior en noviembre, que se han extendido a la provincia de Zhejiang en las últimas semanas.
Solo en la última semana, además de Xi’an, también se han registrado casos en la provincia de Henan, la provincia de Zhejiang, la provincia de Guangdong, la región autónoma de Guangxi y las ciudades de Beijing y Tianjin.