Los frecuentes apagones ponían en riesgo la recién creada solución y dejaba varados los autos. Entonces, las elevadas temperaturas de Maracaibo se convirtieron en una oportunidad.”
¿Cuáles eran mis necesidades? Salir a hacer las compras, hacer diligencias, mover a la familia y llevar a los trabajadores a su casa”. Fue así como Pradelli decidió hacer ajustes a dos viejos carritos de golf y adaptarles baterías de ácido plomo de 6 voltios para mejorar su desempeño.
“Mientras más kilos le colocas, menos es el rendimiento, pero lo normal, el estándar es: con una carga recorres 60 a 100 kilómetros a una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora”, cuenta Pradelli
Ahora los dos carritos desarrollados con ingenio y en respuesta a las precariedades, ruedan por Maracaibo entre las motocicletas, el transporte público y los vehículos particulares.
Su creador sigue haciendo ensayos y estudios técnicos para diseñar más autos con energías alternativas que le permitan a otros poder movilizarse como él a pesar de la falta de gasolina.
Fuente: VOA