Pobladores de la ciudad de Masaya, al sur de Managua, celebraron el fin de semana dos festejos típicos del lugar: El Torovenado y los Agüizotes. Las fiestas están dedicadas a San Jerónimo, el patrono local.
Estos festejos ocurren en la víspera del Día de los Muertos, que en Nicaragua tiene lugar cada 2 de noviembre. En este día, los nicaragüenses acuden a los cementerios para visitar las tumbas de familiares fallecidos y dejan ofrendas florales. El gobierno de Nicaragua declara feriado ese día.
Los Agüizotes
Los Agüizotes se celebran el último viernes de octubre y es una tradición que data alrededor de 1796. Se trata de una procesión nocturna, los que participan suelen hacer su recorrido por calles y avenidas de la ciudad.
Los asistentes llevan disfraces donde predominan los colores negro, carmelita o blanco y usan máscaras que representan personajes míticos como La Carreta Náhuatl, La Llorona, La Muerte Quirina, La Mocuana, El Padre sin Cabeza, El Cadejo, La Chancha Bruja.
Artistas locales elaboran la máscaras y en las procesiones anuales asisten unas diez bandas musicales conocidas como “chicheros”.
Un historiador nicaragüense, que como muchos entrevistados en Nicaragua prefirió no identificarse por temor a represalias, dijo a la VOA que en época del dictador Anastasio Zomoza el festejo era aprovechado para burlar al poder, pero también era visto como una sátira a los conquistadores españoles.
“La palabra Agüizote viene de ahuizolt, que es el espanto que sale del agua, pero son los propios espantos que experimentó la población indígena ante el flagelo colonial”, cuenta el experto.
La Carretanahua, de acuerdo al historiador, representa la carreta que traía el español “para arrebatar a los indios o chorotegas para llevárselos a las encomiendas, a las minas, y no volvían”.
Este experto subraya que estas actividades se vinculan muy cercanamente a lo que en estas fechas se vive en México. “Hay una conexión mesoamericana en esta vivencia. El último viernes de octubre sacan los Agüizotes”.
El Torovenado
El Torovenado, que es una danza festiva popular de carácter burlesco y ridiculizante, se celebra después de los Agüizotes. La salida del Torovenado implica el pago de una promesa al santo. Está programado para el último domingo del mes de octubre, desde el mediodía hasta el atardecer.
Esta celebración es una de las manifestaciones populares nicaragüenses. Los torovenados van en pequeños grupos, en parejas o simplemente solos, llevan todo tipo de disfraces. La mayoría trata de imitar o ridiculizar a algún personaje de la localidad, del país o del extranjero.
Los que participan usan trajes en deshuso, a menudo extravagantes, y llevan paraguas desgastados y cartejas fuera de la moda. Con frecuencia los accesorios no concuerdan con la vestimenta. Los músicos acompañan con sones. Una carreta halada por bueyes completa la escena.
Se suele satirizar al poder, sin embargo, el historiador consultado os historiadores indican que “se ha distorsionado y manipulado su esencia”.
“Hoy (domingo) se realizó el Torovenado, pero distorsionado y manipulado. El gobierno de Daniel Ortega prácticamente tomó posesión de la festividad. No es su expresión auténtica porque la expresión auténtica es cuando el pueblo lo hace, pero esta vez no lo hizo el pueblo, lo hizo la alcaldía, un órgano gubernamental”, dijo una fuente.
“Si el Torovenado fuera sin represión, aquí se armaría el vulgareo con las chamucas (la vicepresidenta) y con Daniel Ortega. Pero, obviamente, no lo van a permitir. Los Torovenados han vulgarizado aún cuando Somoza era presidente”.
Fuente: VOA