El pleno del Congreso aprobó el Presupuesto 2022, que asciende a Q106 mil 229 millones 467 mil.
En el contexto del análisis
“Vamos hacia una crisis más aguda. Solo quedan Q291 millones para inversión en Mineduc, que van para pactos colectivos. La educación está para abajo. En la mayoría del interior, empresas y alcaldías se pagan maestros. Cuando analizamos cada rubro no responde”, dice Luis Velásquez.
“El problema de esta forma de presupuestar es que la inversión pública es imposible ejecutarla en este año. La Contraloría intentó controlar los proyectos por medio de cámaras pero el Congreso lo cortó. Nadie sigue estos proyectos pequeños”, indica Edgar Balsells.
“Hay demanda de 20 mil km. de carreteras que se necesitan nuevos. Si razonáramos el presupuesto con competitividad, nos responderíamos que no se invierte en infraestructura. Esto resta competitividad. Aquí la ecuación no cuadra”, agrega Luis Velásquez en #ALas845
“Hay una cantidad de proyectos a los que es casi imposible darle monitoreo. Cuando uno ve las reuniones de Conadur no se visualiza que se tenga el listado de los proyectos. Hay que restructurar esto. Veo que se augura una crisis de los trabajadores públicos”, dice Balsells.
“Llega al Minfin y allí empiezan los criterios políticos y en el Congreso es eminentemente político. Lo primero es la voluntad política de que prive la inversión en calidad y que se minimice el gasto y que sea de calidad y con medidas de control”, agrega Luis Velásquez.
“El montepío está desfinanciado. Por otro lado la Usac debiera negociar su presupuesto, pero se da una asignación amarrada para el Cunoc, lo que ejemplifica cómo se desmenuza el presupuesto. Parece que no hay una planificación”, indica Edgar Balsells.
“Hay una curva ascendente en la deuda y la inversión para abajo. Si este presupuesto fuera para inversión real, si viéramos carreteras y aeropuertos en funcionamiento, nos endeudáriamos más. Hay grupos que se dedican a desestabilizar y deberían ser denunciados”, dice Velásquez
“Las ONG no deberían de recibir ningún centavo. No podemos financiarlo como se hace. Vemos incrementos en los gastos del Congreso para pagos de más plazas. Se hace lo contrario a lo que la crisis demanda y lo que se haría en las empresas”, agrega Luis Velásquez.