El ministro afirmó que “no existe ningún tipo de coordinación por parte del Ministerio de Gobierno con la Agencia de la DEA de los Estados Unidos. El trabajo de toda la Policía Boliviana, de todas sus divisiones, direcciones es un trabajo completamente enmarcado en la soberanía”.
Desde hace varias semanas, Morales ha arremetido contra Del Castillo, e incluso aseguró que la población boliviana debería “cuidarse del Ministerio de Gobierno” y que “la DEA está detrás de una conspiración”.
“La DEA dentro de algún ministerio o algunos ministerios trata de implicar, satanizar el movimiento campesino del trópico de Cochabamba”, dijo Morales.
Las acusaciones causaron revuelo dentro del partido oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), y los legisladores expresaron opiniones encontradas. Algunos respaldaron al exmandatario y la posibilidad de que se abra una investigación al respecto y otros defendieron la gestión del ministro de Gobierno y del presidente Luis Arce.
Para el politólogo Rolando Tellería esta situación ya no solo se trata de fisuras sino de un quiebre profundo en el oficialismo.
“Se observa una agudización de ese proceso pernicioso al interior del MAS, de división entre dos: el MAS de Evo Morales y las seis federaciones del trópico frente al MAS en función de Gobierno”.
En días pasados, el expresidente, líder de las seis federaciones de productores de coca del trópico de Cochabamba, divulgó un audio para denunciar un supuesto encubrimiento al narcotráfico por parte de efectivos antidrogas. Esto derivó en la destitución del excomandante de la Fuerza Especial de lucha contra el Narcotráfico, José María Velasco.
Tellería dijo a la Voz de América que en camino a las elecciones de 2025 estas disputas pueden acrecentarse, porque las nuevas generaciones piden renovación en el interior del partido de Gobierno.
Fuente: VOA
