Emprendedores gastronómicos venezolanos hacen frente a la crisis

Muchos venezolanos encontraron en la pandemia de COVID-19 un motor que los impulsó a explotar sus habilidades para convertirlas en su fuente de ingresos. Las redes sociales han sido una plataforma “primordial” para darse a conocer y establecer alianzas.

Fijarse en “lo negativo” y quedarse de brazos cruzados no es una alternativa para un gran grupo de venezolanos que decidió quedarse en el país con la convicción de que, algún día, podrán ver una Venezuela “normal”.

En redes sociales es evidente que, en todo el país, para sobrevivir durante la pandemia, han surgido iniciativas, mayormente orientadas a la venta de comida: muchas han sido un éxito, otras se quedaron en el camino.

Andreina Stumpo se define como emprendedora gastronómica. Estuvo un tiempo en Panamá, pero, por diversas razones, poco antes de la pandemia decidió regresar a Barquisimeto, estado Lara a unos 400 kilómetros al oeste de Caracas, una de las zonas del país más golpeadas por la crisis de los servicios básicos.

Ni la hiperinflación o las constantes fallas en el servicio de agua, luz y gas domestico la desmotivaron, al contrario, decidió expandir un proyecto que surgió en Panamá, subiendo en @inacocina, su cuenta en Instagram, fotos y recetas de sus mejores platos.

Andreina cuenta que no tuvo a quién preguntar para impulsar su proyecto y fue en ese instante cuando comenzó a “apoyar a otros” que, como ella, empezaron a “hacer lo que mejor saben” en sus cocinas, en un momento en el que todo lucía paralizado.

El resultado de la cantidad de productos de calidad que probó fue “El patio de Ina”, una iniciativa que empezó a reunir, en el patio de su casa, a varios emprendedores. La entrada es gratuita y quienes asisten sólo pagan por lo que consumen.

Los eventos empezaron a celebrarse en lugares más amplios, siempre al aire libre, con buena música, buena comida y entusiasmo. Muchos emprendedores se han ido sumado y la evolución ha sido evidente.

Barquisimeto fue una de las ciudades que, durante varias semanas, el año pasado estuvo sometida a severas medidas para hacer frente al COVID-19. El transito de personas y vehículos quedó restringido a partir de las 3 de la tarde, y ahora, poder asistir a este tipo de eventos, se traduce en un “alivio” para quienes tienen posibilidad de costearlos.

Andreina, que también dicta cursos de cocina, considera que “la gente quiere que el país cambie, mejore, que la gente venda y que haya oferta”. Para ella, es un gran esfuerzo el que muchos hacen para no hundirse en la crisis y para eso, “nos apoyamos, nos damos ánimo y seguimos”.

Una plataforma para conectarse

Grace Mihalopoulos es chef pastelera. Hace casi un año creó Gracelab, un establecimiento en donde dicta clases de pastelería y, bajo pedido, elabora diversos postres, especialmente a base de masas laminadas como croissants.

Participar en “El patio de Ina” fue una “experiencia diferente” que le permitió conocer a otros emprendedores y ganar más clientes.

“Conocí a Andreina por un amigo de la ruta de la cocina. En varios de sus talleres usa mis croissants y gracias a ella más personas han llegado a mi. La primera vez que participé vendí todo. Voy a participar en el próximo, con un stand más grande”, sostiene.

Para Grace, Venezuela es un país en el que hay que tratar de “no enfocarse en lo malo”, a pesar de que las circunstancias pueden llegar a generar suspiros de agotamiento.

“Siempre hay que ser constante. Por experiencia propia, no es fácil. Hay días en los que siento que el mundo se me viene encima, pero hay otros en los que se siente muy bien, a pesar de las adversidades, del factor país, sí se puede. Hay que tener paciencia”, dice.

“He estado en otras partes del mundo y siempre regreso, no sé si soy una de las pocas, pero no me iría, aquí se pueden lograr muchas cosas”, agrega Grace, quien espera abrir una parte del local para tener sus productos disponibles de forma permanente.

De acuerdo a la encuesta de Condiciones de Vida, el 49,4% de la población en Venezuela es trabajador por cuenta propia y sólo un 2,8% de la población “ocupada” se encuentra bajo la categoría de emprendedor o empleador.

Recientemente, el economista Luis Vicente León expuso que en el país hay segmentos “muy empobrecidos”, pero acotó que, a pesar de la “distorsión brutal”, muchos siguen buscando alternativas para “sobrevivir y adaptarse a la nueva realidad”.

De acuerdo al economista un 13% de la población se ubica en los estratos A, B, C. “Son 3 millones y medio de venezolanos”, puntualizó semanas atrás.

Fuente: VOA

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Archivo CA

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