Quienes promueven la medida pertenecen a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la organización indígena más fuerte de este país, de cerca de 18 millones de habitantes.
Una plataforma de 10 puntos incluye la demanda de los indígenas. Allí constan, principalmente, un pedido para que se reduzcan los precios de los combustibles, mayor control de precios frente al acelerado aumento de precios de los productos de primera necesidad y el mejoramiento de las condiciones para los créditos que mantienen los campesinos.
Los primeros efectos de la medida de hecho se produjeron a lo largo de la Vía Panamericana, que atraviesa la nación, de norte a sur. Allí se produjeron bloqueos, con árboles, piedras y tierra y, en algunos casos, con la quema de neumáticos. Por contra, en las más importantes ciudades del Ecuador, como Quito, Guayaquil y Cuenca, el paro casi no se sintió desde que arrancó.
Pocos incidentes, ningún detenido
El gobierno también hizo su propia evaluación de las primeras horas de paralización. Patricio Carrillo, un oficial de Policía retirado y que ocupa el cargo de ministro del Interior, explicó en rueda de prensa, que los hechos de este lunes son ocasionados por apenas unas 3.800 personas y que constituyen apenas una minoría.
En la parroquia de Calderón, localizada zona norte de la capital ecuatoriana y en donde se produjeron algunos incidentes este lunes, lencontró a Cecilia Simbaña, una ama de casa que explicó el difícil momento que enfrentan las clases populares, agravada luego de la llegada del COVID-19.
“Ahora a dónde estamos llegando y nuestros hijos sin empleo, no tienen empleo, de dónde van a comer. No nos mató esta enfermedad y este gobierno nos va a matar con el hambre”, aseveró Simbaña. “No es justo”.
A unos 100 kilómetros de ese populoso sector, en la provincia de Cotopaxi, el presidente de la CONAIE, Leonidas Iza, realizó una primera evaluación del primer día de paro. Acompañado por otros dirigentes, en una de las zonas bloqueadas a la circulación vehicular, explicó que la medida tiene un carácter nacional y es indefinida.
“Si es que el día de hoy, el presidente de la República da respuestas, entonces, el día de hoy levantaremos, dijo Iza a los periodistas.
Un discurso similar mantuvo en la misma rueda de prensa el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez
quien aseveró que el gobierno va a mantener su política de diálogo, pero también exigirá el respeto a la ley. “Manifestaciones pacíficas, sí, vandalismo, no; bloqueo de vías, tampoco”, sentenció el funcionario.
En 2019, un paro nacional convocado por el movimiento indígena, se extendió durante casi dos semanas en el Ecuador contra la eliminación de los subsidios a los combustibles anunciada por el entonces presidente, Lenín Moreno.
Durante esa paralización, al menos ocho personas perdieron la vida, se produjeron detenciones arbitrarias y se restringió el derecho a la libertad de expresión, según testimonios recogidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La medida de hecho dejó también millonarias pérdidas para la economía del país.
Fuente: VOA
