Monjas de todo el mundo toman las calles contra el tráfico de personas

Desde hace años, las monjas de todo el mundo trabajan para ayudar a las personas esclavizadas y víctimas de trata a liberarse de una situación que tiene atrapados a millones de hombres, mujeres y niños.

Rezan por ellos y les ofrecen hospitalidad. El domingo, marcharon en la Plaza de San Pedro por ellos.

“Nunca hubo tantos esclavos como hoy en el mundo”, dijo al comenzar la marcha la hermana Gabriella Bottani, coordinadora internacional de Talitha Kum, una red mundial de monjas que asiste a las personas que son víctimas de trata. “Sólo juntos podemos romper las cadenas de la trata y la esclavitud”.

Decenas de monjas, laicos y un pequeño número de sacerdotes caminaron por la ancha avenida que une Castel Sant’Angelo con la Plaza de San Pedro, pero Bottani dijo que varias mujeres que habían sido traficadas a último momento decidieron no sumarse.

“No quieren ser identificadas”, explicó.

La marcha fue parte de la sexta Jornada Mundial de Oración, Reflexión y Acción contra la Trata de Personas, que tiene lugar todos los años el 8 de febrero, memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, monja sudanesa que se ha convertido en el símbolo del compromiso de la Iglesia Católica con la lucha contra la trata.

Al dirigirse a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro para el Ángelus y la bendición, el papa Francisco calificó la trata de “verdadera plaga que explota a los más débiles” y dijo que para combatirla hace falta un compromiso unificado.

Cuidado con el uso de las redes sociales

También advirtió que, como las organizaciones criminales cada vez más usan las redes sociales para detectar a las posibles víctimas, las personas deben “ser instruidas” para usarlas de manera más “sana”, mientras que los servicios de redes sociales deberían hacerse responsables del contenido de sus sitios.

Desde el comienzo de su papado, Francisco ha hablado en nombre de los millones de hombres, mujeres y niños que son esclavizados y sometidos a la trata. Ha calificado la trata de personas de “flagelo” y “herida abierta”. Y ha sostenido que la trata es “un fenómeno mundial que excede la competencia de una comunidad o país”.

La Organización Internacional del Trabajo calcula que casi 25 millones de personas están sometidas a trabajo forzado en todo el mundo; alrededor de un quinto de ellas son víctimas de la explotación sexual forzada.

Talitha Kum, que tiene su sede en Roma y opera en 92 países, se formó hace diez años para coordinar las acciones de las monjas católicas que luchan contra la trata de personas. Sostiene a las mujeres vendidas para prostitución así como a miles de personas –entre ellas, niños- que son vendidos para trabajo forzado o esclavitud. También hace lobby para que se sancionen mejores leyes de lucha contra la trata de personas.

Su diversidad fue evidente el domingo cuando monjas de todo el mundo se sumaron a la marcha.

“Es un tema difícil porque está muy relacionado con la pobreza”, dijo Mayra Cuéllar, monja de Bolivia, respecto de la explotación sexual. “Realmente es una plaga”.

Maria Das Dores Paz, monja de las Hermanas Benedictinas de la Divina Providencia, que ofrece asistencia a los menores y las mujeres que son víctimas de trata en Brasil, señaló: “Es un gran problema que a menudo está oculto. Tratamos de ayudar pero a menudo no es suficiente porque mucho depende de la familia”.

“La lucha contra la trata de personas ha sido patrimonio de la iglesia desde hace muchos años, pero con el papa Francisco pasó a ser un tema central, en tanto él lo ha elegido como uno de los principales de su pontificado”, dijo Bottani el domingo. La marcha, agregó, fue una manera de hacer que la gente tome conciencia.

El sábado, las hermanas probaron otro camino: los medios sociales. Su hashtag #PrayAgainstTrafficking (#Rezacontraeltráfico) se convirtió en trending topic en Italia, compartiendo el primer puesto con el hashtag del evento musical televisivo más visto en el país. Hasta el Papa uso el hashtag dos veces.

Francisco también se reunió con algunas de las hermanas el sábado para activar una nueva iniciativa para Talitha Kum: un programa de recaudación de fondos llamado Super Nuns (Super Monjas). En el proyecto participan artistas callejeros e historietistas que crean nuevas piezas centradas en el trabajo de las monjas con las mujeres víctimas de trata.

“Las llamamos Super Nuns porque lo que hacen es un trabajo extraordinario… un trabajo muy oculto, bastante peligroso a veces”, declaró a Radio Vaticano el sábado la hermana Patricia Murray, secretaria de la Unión Internacional de Superioras Generales.

La primera imagen, obra de Steve Powers, más conocido como el artista ESPO, se instaló el mes pasado en una pared de la ciudad de Nueva York, dijo Bottani.

“Queríamos encontrar una nueva manera de hablar sobre trata que tuviera repercusión”, explicó.

Por Elizabetta Povoledo, The New York Times

Archivo CA

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