Paraísos fiscales y dónde se encuentran los principales destinos

La aparición de los Papeles de Pandora, la investigación más reciente realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigadores ICIJ, por sus siglas en inglés sobre paraísos fiscales, ha vuelto a sacudir el mundo financiero.

El reporte, realizado junto con 150 medios de comunicación, se basa en 11,9 millones de documentos, imágenes y otros archivos confidenciales filtrados de 14 compañías de todo el mundo “dedicadas a montar sociedades ficticias y fideicomisos en diferentes paraísos fiscales”, de acuerdo al ICUJ.

En el trabajo se mencionan más de 330 políticos -incluyendo 35 jefes de gobierno- en 90 países, y a más de 130 multimillonarios en 45 países.

En la mayoría de los países del mundo, tener activos secretos en paraísos fiscales o utilizar sociedades en el extranjero con ventajas fiscales no es ilegal, pero la opacidad de estas estructuras tiene el potencial de ocultar irregularidades.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) identifica como paraísos fiscales a aquellas jurisdicciones que cumplen con cuatro factores:

  • impuestos mínimos o inexistentes sobre los ingresos
  • falta de un sistema para el intercambio de información
  • falta de transparencia
  • ausencia de actividades económicas sustanciales en el destino

Inicialmente, la OCDE había identificado a 40 jurisdicciones que cumplían estos criterios en el 2000, pero en los años siguientes la mayoría de estas comenzaron a tomar acciones para solucionar estos problemas, por lo cual fueron retirados de esa lista. En 2009 la OCDE quitó a los últimos tres territorios de su nómina: Andorra, Liechtenstein y Mónaco.

Un investigador financiero señala que “hasta hace una década aproximadamente, había pocos frenos políticos a la expansión de los paraísos fiscales”, pero que ahora está claro que, lejos de un fenómeno exótico, los paraísos fiscales tienen un impacto mucho mayor al que se creía en la economía global.

Cada año los paraísos fiscales les cuestan a los gobiernos del mundo entre US$ 500.000 millones y US$ 600.000 millones en recaudación no percibida, dependiendo de la estimación utilizada. Y US$ 200.000 millones de este total provendrían de países de bajos ingresos, lo que significa una porción mayor de sus respectivos PIB en comparación a países de altos ingresos.

La nómina de paraísos fiscales está cambiando continuamente, a medida que algunas jurisdicciones toman medidas para la normalización bajo presión internacional, y otras comienzan a emerger como nuevos refugios impositivos.

En una lista de los principales destinados considerados como paraísos fiscales publicada en junio por Oxfam, figuran países y territorios como Bermudas, las Islas Caimán, Irlanda y los Países Bajos.

Fuente: CNN

Archivo CA

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