¿Qué es el acoso sexual, cómo identificarlo y cómo denunciarlo?

Las denuncias de acoso sexual contra el exgobernador de Nueva York Andrew Cuomo, que derivaron en su renuncia, pusieron nuevamente en agenda un problema que afecta a muchas mujeres. Millones de mujeres son víctimas de acoso sexual en todo el mundo en distintos ámbitos de sus vidas. Cuomo ha rechazado las acusaciones en reiteradas oportunidades.

ONU Mujeres considera que el acoso es “cualquier conducta inapropiada y no deseada que razonablemente se podría percibir como una ofensa o humillación a otra persona”.

En tanto, “el acoso sexual es cualquier insinuación sexual no deseada, solicitud de favor sexual, conducta verbal o física o gesto de naturaleza sexual, o cualquier otro comportamiento de naturaleza sexual que razonablemente se pueda esperar o se pueda percibir que causa ofensa o humillación a otro, cuando tal conducta interfiere con el trabajo, se convierte en una condición para el empleo o crea un ambiente de trabajo intimidante, hostil u ofensivo”, según la ONU. “Si bien generalmente involucra un patrón de comportamiento, puede tomar la forma de un solo incidente”, detalla.

En estas definiciones hay una frase clave: no deseado. “No deseado no significa ‘involuntario’. Una víctima puede dar su consentimiento o estar de acuerdo con cierta conducta y participar activamente en ella incluso, aunque sea ofensiva y censurable. Por lo tanto, la conducta sexual no es bienvenida siempre que la persona sometida a ella la considere no deseada”, destaca un documento de la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de EE.UU. (EEOC, por sus siglas en inglés).

“Sabemos que hay acoso sexual cuando una persona tiene una relación o hace una muestra de afecto que no es esperada por la otra persona o no es aprobada por la otra persona”, explica a CNN Enrique S. Pumar, sociólogo de la Universidad de Santa Clara.

El acoso sexual incluye muchas cosas y pueden ser algunas de estas conductas, según ONU Mujeres:

Verbal: un silbido, referirse a una persona adulta como “bebé” o “niña”, hacer comentarios sexuales sobre el cuerpo de otra persona, contar chistes o historias sexuales, difundir mentiras o rumores sobre vida sexual de una persona, invitar a salir repetidamente a una persona que no está interesada, entre otras cosas.

No verbal: mirar a una persona de arriba abajo, mirar fijamente a alguien, bloquearle el camino a una persona, mostrar imágenes sexualmente sugerentes, hacer gestos sexuales, dar regalos personales, entre otras cosas.

Físico: tocar la ropa, cabello o cuerpo de otra persona, pararse cerca o rozar a otra persona, abrazar, besar o acariciar a otra persona, entre otros comportamientos no deseados por la persona receptora.

“¿Cómo sabemos que hay acoso sexual? Primero que nada, siempre hay que prestarle atención a la víctima”, dice Pumar. Y destaca que “es importante que haya mecanismos que permitan investigar lo que pasó, cómo pasó y en qué contexto pasó”.

 

¿Cómo actuar ante una situación de acoso?

La Dra. Angela Londoño-McConnell, psicóloga y presidenta de AK Counseling & Consulting, le respondió a CNN por correo electrónico y aconsejó “dejarle saber al acosador que sus avances, solicitudes, palabras, toques, miradas o insinuaciones son incómodas y deben parar de inmediato”.

Además, sugiere que, de ser posible, si la situación ocurre en un entorno laboral, se hable o se le envíe un correo electrónico “a una persona en autoridad o al departamento de recursos humanos de la compañía o institución e informarles con detalles de lo ocurrido”.

Según ONU Mujeres, en todo el mundo “el 6% de las mujeres informan que han sido víctimas de violencia sexual por parte de alguien que no es su esposo o pareja”.

Pero la organización considera que es probable que la cifra sea mucho mayor, pero que no se conozcan muchos casos “considerando el estigma particular relacionado con esta forma de violencia”.

¿Por qué es difícil que las víctimas se animen a denunciar?

En el caso de las entrevistas a las denunciantes del gobernador Cuomo “se da la razón más obvia y es el miedo”, explica Pumar. “El miedo tiene muchos componentes. Una parte es que no les crean. Eso es desastroso. Que otras personas no les crean, no tengan empatía o solidaridad con esas personas”.

“También está el miedo más práctico, de perder un trabajo, de violar una autoridad, de aparecer en público como una persona que está descontenta, que tiene malas intenciones”, añade Pumar. “Si uno es víctima de acoso y aparte se le caracteriza de tener malas intenciones o intención de dañar a otra persona es como ser víctima doble”.

“Algunos de los obstáculos para que una víctima de esta clase de acoso lo denuncie puede ser miedo, vergüenza y el no querer que los amigos y la familia sepan lo que está pasando”, coincide la Dra. Angela Londoño-McConnell. Y añade: “También preocupaciones sobre la confidencialidad y miedo a que no le crean. Además también puede tener miedo a represalias por parte del acosador”.

Pumar dice que lo sucedido con las acusaciones contra Cuomo puede ayudar a que las víctimas de acoso de otros casos se animen a denunciar: “Puede ayudar porque se llevó a cabo una investigación. Esto le debe dar confianza a todas las víctimas”.

Las cifras del acoso

Ciento cuarenta países tienen leyes sobre acoso sexual en el lugar de trabajo, dice un informe de la ONU. “Sin embargo, incluso cuando existen leyes, esto no significa que siempre cumplan con las normas y recomendaciones internacionales, o que las leyes se implementen y se cumplan”.

El mismo informe destaca que “una de cada 10 mujeres en la Unión Europea informa haber experimentado acoso cibernético desde los 15 años”. Estas situaciones incluyeron “haber recibido correos electrónicos o mensajes SMS sexualmente explícitos no deseados u ofensivos, o avances ofensivos y / o inapropiados en sitios de redes sociales”.

Otro dato que destaca la ONU es que en cinco regiones del mundo, “el 82% de las mujeres parlamentarias informaron haber experimentado alguna forma de violencia psicológica mientras cumplían sus mandatos”, entre ellas “comentarios, gestos e imágenes de naturaleza sexual, sexista o humillante, amenazas y acoso”.

¿Cómo ayudar a una víctima de acoso?

“A simple vista la respuesta sería que todos tenemos la obligación de reportar este tipo de situaciones. Pero como reportar tiene consecuencias, es importante que la persona que lo reporte tenga el consentimiento de las víctimas”, dice Pumar.

En ese sentido, destaca la importancia de establecer un vínculo de confianza con la persona que consideramos que puede estar siendo víctima de acoso. “Debemos expresar solidaridad con esa persona. Decirle: ‘Estoy viendo esto, y no me gusta’”, dice el especialista. “Así esa persona puede sentirse más segura de sí misma”.

La Dra. Londoño-McConnell también recomienda “hablar con la persona e informarle que consideras que está siendo acosada sexualmente”. Además, sugiere que “si la institución tiene una política de antiacoso vigente, también se le puede dar esa información si no está al tanto de esto.

Pumar piensa que la educación contribuye a prevenir el acoso, en el caso de personajes públicos y otros no tan famosos, que vienen de un hogar muy bien estructurado y con mucho amor, “demuestra que esto es algo que se da en todas las situaciones”.

Sobre la importancia de que las distintas instituciones ofrezcan cursos y talleres para prevenir el acoso, Pumar consideró que son herramientas útiles para prevenir entre personas “del mismo estatus” laboral. “Yo no creo que un gobernador o el presidente de una empresa asistan a estos cursos”, aclaró.

Por su parte, Barrancos destaca que “la herramienta mayor es que haya un estado de prevención fundamental en todas las instituciones donde se desempeñan las mujeres. Privadas y públicas”.

“Tiene que haber información y protocolos de actuación”, enfatiza Barrancos.

Terminología relevante

La EEOC realizó un glosario con terminología relevante a la hora de hablar de situaciones de acoso sexual.

Uno de esos términos es el sexismo. La EEOC lo define como “una actitud de una persona de un sexo que manifieste que considera que él o ella es superior a una persona del otro sexo”.

El organismo de la ONU también habla de “acoso sexual sutil”, del cual destaca que si bien “no es un término legal”, es un comportamiento no deseado “de naturaleza sexual que, si se permite que continúe” podría crear un ambiente de trabajo hostil.

La EEOC define el ambiente de trabajo hostil como “un entorno de trabajo creado por un comportamiento sexual o comportamiento dirigido a un empleado debido al sexo de ese empleado que sea ofensivo, hostil y / o intimidante y que afecte negativamente la capacidad de esa persona para hacer su trabajo”. (DR: no todos los ambientes hostiles derivan de situaciones relacionadas con el sexo)​.

Por otra parte, el acoso “quid pro quo” es cuando el acceso a un empleo o la permanencia en él se basa en “la aceptación o el rechazo por parte de ese empleado de ‘un comportamiento sexual no deseado”.

 

*Con información de CNÑ

Archivo CA

Archivo CA

Deje su comentario