Qué es y cómo calcular la sensación térmica

A veces, con chequear la temperatura no alcanza para saber cómo es el clima que nos espera en la calle. Averiguar la sensación térmica y mirar por la ventana cómo van vestidos los demás, es una rutina de muchos antes de elegir la ropa del día.

Ya sea en épocas de calor o de frío, hay diversos factores que pueden modificar la sensación que el cuerpo percibe en el ambiente exterior, más allá de los grados que indique la temperatura. Por eso, es importante saber qué es y cómo calcular la sensación térmica.

Qué es la sensación térmica

Suele pasar, en los días de verano por ejemplo, que la temperatura indicada no es tan alta, pero al salir sentimos que hace más calor que el prometido.

Esto sucede porque factores como el viento, que puede ser muy cálido, o la humedad elevada, potencian la sensación térmica de calor que siente el cuerpo. Dicho de otro modo, las condiciones del ambiente, una combinación de temperatura, viento y humedad, definirán la sensación térmica, más allá de lo que marque el termómetro.

En invierno pasa lo mismo, pero a la inversa: cuando la temperatura no parece tan fría, pero una vez afuera, si hay viento fuerte, humedad o está lloviendo, hará que la sensación térmica sea más baja. Un día soleado o nublado, con o sin viento, con o sin lluvia, con o sin humedad, influirá en la sensación térmica que perciba el cuerpo, más allá de la temperatura real del ambiente.

La definición precisa de sensación térmica es la temperatura basada en un índice de pérdida de calor corporal causado al combinar temperatura, viento y humedad.

El viento y la humedad en el ambiente hacen que un día frío se sienta aún más gélido.

El viento y la humedad en el ambiente hacen que un día frío se sienta aún más gélido.

Cómo se calcula la sensación térmica

Las primeras fórmulas para medir la sensación térmica las desarrolló el ejército de los Estados Unidos hacia fines de 1930, gracias a los exploradores Paul Siple y Passel. Con base de estudio en zonas polares, advirtieron que la rapidez del congelamiento aumentaba al unir bajas temperaturas con vientos fuertes.

Tras años de revisiones, en 2001 científicos norteamericanos y canadienses lograron cálculos más precisos y crearon una nueva forma de medida tomando como punto de estudio el rostro humano (su piel), la única parte expuesta, aún en bajas temperaturas.

Al exponer la cara de diferentes personas a corrientes de aire o viento a determinadas temperaturas e intensidades, se fue comprobando la pérdida de calor que experimentaba la piel. Con estos resultados, se armaron tablas de sensación térmica y una nueva fórmula.

T s = 13.12 + 0.6215 T -11.37 V 0.16 + 0.3965 T V 0,16
​T s es la temperatura de sensación en °C (Celsius o centígrados), T es la temperatura del aire, y V es la velocidad del viento en km/h con un anemómetro situado a 10 m de altura.

Los días de calor, con alta humedad, la sensación térmica es mayor que la temperatura.

Los días de calor, con alta humedad, la sensación térmica es mayor que la temperatura.

Para traducir esta compleja ecuación matemática, se puede decir, por ejemplo, que una temperatura de 12°C, con viento frío de unos 50km/h, en un día sin lluvia, puede dar una sensación térmica de 10°C, aproximadamente. O bien, que en un día de verano con una temperatura de 30°C y una humedad del 50%, la sensación térmica puede ser de 36°C.

La razón por la que esta diferencia es tan grande es que, cuando hay mucha humedad en el aire, al cuerpo le cuesta llegar a la regulación térmica al no poder evaporar la transpiración (la evaporación del sudor es el principal medio del cuerpo para disminuir el calor) y esto genera mayor sensación de calor.

En definitiva, chequear la sensación térmica ayudará a elegir un look sin arrepentimientos.

Archivo CA

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