Niños se unen a milicias de autodefensa en Guerrero

En una remota y montañosa región del estado de Guerrero en México, un grupo de jóvenes uniformados se alinearon en una cancha de baloncesto. “¡Atención! Levanten sus armas ahora”, gritó su entrenador mientras los niños se apresuraban en posición, con las manos firmes sosteniendo sus rifles. Los más pequeños entrenan con palos y las caras cubiertas con pañuelos de colores.

Los niños, de 6 a 12 años, se están entrenando para proteger a su comunidad contra grupos criminales, en un territorio sin ley donde los residentes dicen que nadie está a salvo.

El estado de Guerrero registró 1.891 ** homicidios intencionales en 2019. Fue el año más mortal para México en su conjunto desde que comenzaron los registros, con la asombrosa cifra de 35.588 ** asesinatos, según el Secretariado Nacional de Seguridad Pública.

Mientras el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lucha por resolver una compleja crisis social alimentada por guerras territoriales entre carteles de la droga, los lugareños en un pueblo de Guerrero dicen que no tienen más remedio que defenderse y enseñar a sus hijos a hacer mismo.

Desde 2014, el pueblo indígena ha reunido su propio grupo voluntario de policía local, conocido como CRAC-PC (abreviatura de Coordinación Regional de Autoridades Comunitarias – Policía Comunitaria), dirigido por Bernardino Sánchez Luna. El grupo tiene unos 200 miembros y comenzó a reclutar menores hace unos ocho meses. El entrenamiento juvenil comenzó en serio hace dos meses.

 

“No quiero llevar esta arma, no quiero, pero los delincuentes también nos han obligado. Tenemos que defender a nuestra gente”, dijo José, miembro de CRAC-PC, a CNN en Español. El miedo al grupo armado que dirige la región, Los Ardillos, los llevó a tomar las armas para protegerse, agrega.

José y su esposa Elvia tienen dos hijos, de 14 y 17 años, que se unieron voluntariamente a CRAC-PC, dice.

Pero los jóvenes reclutas tienen pocas otras opciones.

La comunidad carece de servicios sociales como educación y salud, dijeron los residentes y los niños a CNN en Español. Los maestros de primaria a veces no se presentan a clase, y es demasiado riesgoso enviar a los niños a instituciones de educación superior en otros pueblos y ciudades, porque viajar es muy peligroso mientras los grupos criminales deambulan, a veces incluso estableciendo puestos de control.

“Prefiero que tengan un cuaderno y un bolígrafo, pero la necesidad nos obliga”, dice Elvia.

Archivo CA

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