Las claves del debate entre Sánchez y Feijóo en España

Cien minutos de debate, cuatro bloques temáticos y dos minutos de oro para cerrar el encuentro. Bajo este eje estructural, los espectadores de los medios de comunicación de la corporación Atresmedia asistieron con atención al debate electoral que enfrentó este lunes al presidente del Gobierno español.

El encuentro había generado mucha expectación en días anteriores no solo porque era la única oportunidad de ver enfrentados a los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno de España durante la campaña electoral, sino porque se presentaba como la ocasión perfecta para que los electores conocieran un poco mejor las propuestas de cada uno para las elecciones generales del 23 de julio. No obstante, ese objetivo quedó desdibujado dado el tono bronco y solapado del debate.

En el primer bloque, donde el asunto a abordar era la economía del país, una de las frases más escuchadas fue “déjeme hablar”. Quizás, de las pocas audibles en muchos momentos del encuentro.

Núñez Feijóo, líder del centroderechista Partido Popular (PP), la usó casi hasta la saciedad para intentar abrir camino a sus argumentos ante un Sánchez combativo. “Somos los últimos en crecimiento del PIB (per cápita en Europa)”, blandía Núñez Feijóo al mismo tiempo que Sánchez, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), afirmaba que España está “liderando el crecimiento económico en Europa”.

Esta dinámica, que restó claridad al diálogo, se fue repitiendo a largo del cara a cara televisado. Tal era la pasión de los candidatos en su cruzada por la verdad que los dos moderadores debieron llamarlos al orden en diversas ocasiones, aunque con un éxito relativo. Hecho que percibieron los usuarios de algunas redes sociales, sobre todo en Twitter, y que aprovecharon para criticar el formato y el papel de quienes debían conducir el espacio.

Y no solo eso, ya que algunos también manifestaron echar en falta la verificación de datos en tiempo real de los argumentos arrojados por Sánchez y Núñez Feijóo. Básicamente porque los candidatos se desacreditaban entre sí y los datos quedaban sin cotejar.

Como era de esperar, y al igual que está ocurriendo en los actos de campaña, ambos candidatos tuvieron también oportunidad de afearse los pactos y acuerdos a los que han llegado con los extremos para sus objetivos políticos. Por un lado, Sánchez reprochó los acuerdos programáticos alcanzados en las últimas semanas por el PP con la formación de extrema derecha Vox para gobernar en algunas cámaras autonómicas; mientras que Núñez Feijóo hizo lo propio al recordar los apoyos que obtuvo el PSOE de formaciones nacionalistas e independentistas en el parlamento para aprobar diferentes leyes a lo largo de esta legislatura.

Un antagonismo político que se hizo presente en cada bloque, desde la política regional e internacional a las políticas sociales e igualdad. Todo ello con acusaciones cruzadas de mentir a los telespectadores.

Solo hubo un momento en que la tirantez del debate quedó en suspenso: cuando el líder popular ofreció a su homólogo socialista firmar en vivo y en directo un pacto para facilitar la investidura del partido político que resulte ganador de los comicios. Tregua rápidamente rechazada por Sánchez, irritado porque el PP ha pactado con Vox gobernar en la Comunidad de Extremadura pese a que el PSOE ganó las elecciones en la región.

Gastado el tiempo y con muchas propuestas sin florecer, llegó el momento definitivo, el minuto de oro para cada candidato. 60 segundos de cierre que Sánchez aprovechó para solicitar el voto de aquellos que no deseen ver un recorte de los derechos sociales aprobados en esta legislatura. Núñez Feijóo destinó su tiempo y sin mirar a la cámara correcta a pedir la confianza de los electores para conseguir una mayoría que les permita gobernar en solitario, sin el apoyo de Vox, dado que “los extremos no saben gestionar ni gobernar”.

 

Mariana Martinez

Mariana Martinez

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