Así fue como Trump convirtió al “partido de la ley y el orden” en enemigo del FBI

El poder de Donald Trump palpitó durante una audiencia en el Capitolio, cuando el director del FBI, Christopher Wray, enfrentó un ataque republicano que mostró cómo el expresidente puso patas arriba las lealtades tradicionales de Washington.

Los aliados de Trump, y los legisladores republicanos que parecían estar tratando de llamar su atención, criticaron a Wray, un funcionario designado por Trump, retratando al FBI como el brazo armado de la administración Biden, que busca evitar que Trump regrese al poder y está dedicado a perseguir a sus partidarios conservadores. Al Partido Republicano se le olvidó la reverencia tradicional por la aplicación de la ley y el respaldo a una agencia vista durante mucho tiempo como una de las instituciones más conservadoras del gobierno federal. Y los demócratas, que a menudo han albergado sus propias sospechas del FBI, por su tratamiento del movimiento de derechos civiles y durante la guerra contra el terrorismo, salieron en defensa de Wray.

No es inusual que las audiencias del Congreso degeneren en fanfarronería partidista indómita. Pero la sesión maratónica de la Comisión Judicial de la Cámara mostró un nivel más profundo de enemistad y mostró cómo los años de Trump de tratar de desacreditar a una agencia llamada a investigar su comportamiento aberrante ha desafiado su reputación.

Wray confesó que estaba desconcertado por la hostilidad, que sigue a los años en que su agencia fue arrastrada a la política, no solo en la era de Trump, sino después de que muchos demócratas culparon al predecesor de Wray, James Comey, por apilar la carrera de 2016 contra Hillary Clinton cuando reabrió una investigación por su servidor de correo electrónico.

“La idea de que estoy predispuesto en contra de los conservadores me parece algo descabellado dados mis propios antecedentes personales”, dijo Wray, un republicano que sirvió en el Departamento de Justicia durante el gobierno del presidente George W. Bush. Estaba respondiendo a una andanada de acusaciones de justicia politizada de la representante de Wyoming, Harriet Hageman, quien ganó su escaño al vencer a la entonces representante Liz Cheney en las primarias del año pasado después de que Cheney se pronunciara en contra de los frecuentes desafíos de Trump a la democracia y la Constitución.

El representante Jerrold Nadler de Nueva York, el demócrata de mayor rango en el panel, criticó la audiencia, parte de una serie de esfuerzos del Partido Republicano para mostrar la “armamentización” del Departamento de Justicia, como “poco más que arte escénico” y una muestra transparente del esfuerzo para proteger a Trump.

De hecho, la acusación del Partido Republicano de que la oficina está actuando como una agencia favorita de un presidente autoritario empeñado en perseguir a sus enemigos no está respaldada por los hechos. Es una imagen que suena más real en la última administración que en la actual.

 

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Mariana Martinez

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