El 15 de septiembre de 1821 es un día memorable para nuestro país, cuando representantes de las provincias centroamericanas declararon a Guatemala independiente de España y conformaron una Junta Gubernativa Provisional que firmó el acta de soberanía, que fue el camino para convertir a Guatemala en un país libre y soberano.

Cuando se cumplen 202 años de la firma del acta, historiadores y políticos consideran conveniente y necesario pensar en lo trascendental que ha sido para la vida política y democrática del país.

En 1821, la Capitanía General de Guatemala se encontraba pacíficamente bajo el gobierno español, centrada en cuestiones como el sistema constitucional, la libertad de prensa y los partidos políticos que surgían de las elecciones populares. Aunque los independentistas se reunieron en Guatemala, carecían de recursos y valentía para rebelarse contra el gobierno. Su esperanza estaba en el avance del Plan de Iguala o Plan de Independencia en México.

El 13 de septiembre de 1823, Guatemala recibió actas de adhesión al Plan de Iguala de Ciudad Real de Chiapas y otros lugares. Estos avances fortalecieron los movimientos independentistas. Finalmente, el 29 de marzo de 1823, el general Vicente Filísola emitió un decreto convocando el Congreso de Guatemala, anulando el acta de 15 de septiembre de 1821, que se había incorporado a México. Este Congreso se instaló el 6 de febrero de 1825, marcando un hito en la historia política del país.

La independencia de Guatemala fue el resultado de una lucha larga y compleja, pero sentó las bases para la nación soberana que conocemos hoy en día. Cada año, el 15 de septiembre, se celebra con orgullo y gratitud este importante hito en la historia de Guatemala.