Argentina y Brasil ratifican poder en inicio de eliminatorias sudamericanas

La primera doble fecha de la eliminatoria Sudamericana dejó en claro que Argentina y Brasil siguen siendo los seleccionados más poderosos.

Este es un vistazo del desempeño de las diez selecciones en el comienzo de una competencia con destino al Mundial que organizarán México, Estados Unidos y Canadá en el 2026.

Argentina y su fútbol de excepción

El campeón del mundo mostró sus credenciales de excepcional equipo al ganar los dos primeros partidos, que pedían distintas maneras de abordarlos.

Los de Lionel Scaloni exhibieron en el juego asociado, en la tenencia del balón, en la agresividad en campo rival el tatuaje futbolístico que les dio la corona en Qatar. Tanto ante Ecuador, en condición de local, como ante Bolivia, de visitante, la albiceleste tuvo el mismo espíritu de equipo que se vio en el pasado Mundial.

La Albiceleste supo que con Ecuador sería un partido cerrado y complejo. Lo ganó 1-0 con la maestría de Messi en la pelota parada, pero con la autoridad del gran fútbol desplegado. Ante Bolivia, en La Paz, dio un concierto futbolístico en donde todos los intérpretes jugaron a un altísimo nivel. La gran clase de la selección se evidenció en todo el trámite para un 3-0 final, que tuvo a Messi como un espectador de lujo en el banco de suplentes. Argentina fue un equipo en toda la dimensión de la palabra.

Brasil y la clase de futbolística de siempre

En Belén, nordeste del país, el pentacampeón aplastó a Bolivia con un lapidario 5-1. Fue un concierto de fútbol, destreza y de goles del scratch ahora dirigido interinamente por Fernando Diniz (DT también de Fluminense). Brasil tiene historia, presente y recursos en su enorme cantidad de intérpretes que no hicieron más que plasmar en el campo de juego la enorme diferencia con su primer oponente del certamen.

En el segundo duelo ante Perú, ganó 1-0 con el peso de la historia y sin brillar, pero con la convicción que la de sentirse superior. Marquinhos marcó de cabeza el único tanto sobre el final del pleito. Brasil jugó de modo cansino, dejando que, por momentos, Perú tuviera la pelota y encontrando la diferencia para llegar al puntaje ideal en un arranque con fútbol, suficiencia y clase.

Ecuador dio muestras de competitividad, fortaleza y convicción

Ecuador mostró en los dos juegos la misma jerarquía que lo llevó al último Mundial de Qatar. Fuerte presencia física, monolítica estructura táctica y destellos de algunos intérpretes.

La selección tricolor arrancó esta eliminatoria con -3 puntos por una sanción disciplinaria por parte de FIFA por la mala inclusión en la pasada edición de Byron Castillo. A ese duro impacto le siguió el golpe de perder ante Argentina en Buenos Aires. No obstante, se vio un equipo bravísimo. Bien plantado, achicando los desplazamientos de la selección argentina y esperando la contra. Jugar de visitante ante los campeones del mundo sería en la previa un compromiso de extrema dificultad y el trámite no hizo más que confirmarlo. Perdió 0-1 pero cayó de pie.

En el segundo juego ante Uruguay, Ecuador fue un equipo agresivo porque asumió el protagonismo y tuvo el balón en gran parte del juego. Mostró actitud, lo hizo con agresividad y situaciones de peligro. Jugó ante un rival con calidad, bien plantado y con serenidad para buscar lastimar. Canobbio, de hecho, anotó el 0-1 para la Celeste, pero luego pudo voltearlo con dos tantos de Félix Torres.

Mención especial merece Kendry Páez, el juvenil atacante que debutó en esta competencia con solo 16 años y fue uno de los mejores jugadores del partido. Páez está llamado a ser una de las figuras de la eliminatoria. Ecuador tiene jugadores, competitividad y un muy buen fútbol como para sonar en la próxima cita mundialista.

Uruguay y las señales de un nuevo rostro

Uruguay generó mucha expectación en su público con la llegada de un notable técnico como Marcelo Bielsa. No defraudó en el arranque de la competencia al derrotar en el estadio Centenario 3-1 a Chile. Lo hizo con un fútbol moderno, de presión alta, de buen juego asociado y con una actitud de agresividad.

Esa buena performance futbolística quedó desdibujada en el segundo compromiso en la altura de Quito. Si bien la altura de los 2.800 metros de Quito es un elemento para considerar, en ese duelo Uruguay retrasó sus líneas. No se metió en su arco, pero sí fue un equipo que jugó a especular. Es cierto que Bielsa no ha tenido posibilidad de trabajarlo y eso quedó muy claro ya que no fue un equipo vertical como los que suele dirigir. Uruguay cayó 2-1 y no mostró argumentos de fuste para complicar a su rival. Obtuvo 3 de los 6 puntos en disputa, mostró que tiene mucho por progresar, pero también dejó claro que su fútbol cuenta con muchos recursos para soñar alto.

Colombia y la búsqueda de una identidad

La Colombia dirigida por el argentino Néstor Lorenzo sumó 4 puntos sobre 6. Ese es el rasgo positivo. No lo es tanto el fútbol que evidenció. En Barranquilla tuvo serios inconvenientes para doblegar a Venezuela. Tuvo la iniciativa, pero no logró ser contundente en su juego asociado. Fue en el segundo tiempo cuando ingresó el ex River Plate, Jorge Carrascal, quien le dio un fútbol más dinámico. Su amagues, fútbol vertical y asociado con Luis Diaz le dieron otro ímpetu a la selección cafetera. El único tanto lo marco otro ex River Plate, Rafael Santos Borre. Triunfo, alegría, algunas perlas de su fútbol y no mucho más.

En el segundo juego, Colombia jugó ante Chile en Santiago y fue evidente la anemia de su fútbol anunciado, muy horizontal y sin chispa. No la pasó bien en el primer capítulo ante la Roja. El segundo tiempo fue muy magro por parte de ambos equipos. Sumó un punto de visitante y no está mal, pero para volver al Mundial deberá mejorar y potenciar la anemia de su fútbol, que pide otra cara.

 

Mariana Martinez

Mariana Martinez

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