Un puñado de hipopótamos llevados a Colombia en la década de 1980 para el zoológico privado de Escobar ha crecido a una población de 80, lo que llevó a los biólogos a expresar preocupación por su impacto ambiental y la amenaza a la seguridad humana.
En enero, un estudio publicado en Biological Conservation pidió que se sacrifica la manada en crecimiento, que ahora se encuentra en estado salvaje en el departamento de Antioquia.
En cambio, el gobierno regional ha intentado castrar a las enormes bestias, pero la esterilización quirúrgica tradicional es demasiado peligrosa y exigente para ampliarla a decenas de animales. Hasta ahora, solo 11 de los hipopótamos han sido esterilizados de esta manera, según las autoridades locales.
Sin embargo, la agencia ambiental regional Cornare anunció que sus esfuerzos para controlar la población de hipopótamos habían llevado a que 24 hipopótamos más fueran tratados con un nuevo método: dardos cargados con el medicamento anticonceptivo GonaCon.
En comparación con la cirugía, GonaCon es “una opción mucho más barata”, según un comunicado de Cornare. “Sin embargo, sigue siendo complejo, ya que los expertos sugieren administrar tres dosis, basándose en estudios y comparaciones realizadas en otros animales grandes como los caballos”. El mismo fármaco se ha probado en otras poblaciones de animales salvajes, incluidos caballos salvajes en Estados Unidos, canguros en Australia y ganado salvaje en Hong Kong, dijo.
Los científicos ahora deben rastrear la eficacia del fármaco midiendo los niveles hormonales en las heces de los hipopótamos.
La colección de hipopótamos de Escobar comenzó con un solo macho y tres hembras
A su muerte, otras especies de animales exóticos fueron reubicados, pero los hipopótamos se quedaron porque eran demasiado difíciles de capturar y transportar, según el estudio de Biological Conservation. Pronto comenzaron a multiplicarse, extendiéndose por la cuenca del río Magdalena desde su hogar original a unos 250 km al este de la ciudad de Medellín.