Con el correr de los años, LeBron James supo construirse como un ídolo de la NBA reconocido en todo el mundo. No solo por su enorme nivel dentro de la cancha, que lo pone en un nivel estelar. También por su facilidad para enfrentar los micrófonos y dar respuestas con un nivel por encima de la media. Pero llegó el día en que el enojo le ganó la partida, y no pudo ocultarlo.
LeBron tiene chances de sumar un nuevo anillo a su colección con Los Angeles Lakers, que marchan primeros en la Conferencia Oeste. Pero mientras tanto, a los 35 años, el hombre sabe que inevitablemente falta cada vez menos para que su estrella empiece lentamente a brillar cada vez menos. Por eso se ha encargado de dejar mensajes positivos para quienes podrían tomar la posta de su buen juego, como Zion Williamson y el esloveno Luka Doncic.
“La NBA está en buenas manos con ellos”, aseveró LeBron en un mensaje para los hinchas de la mejor liga del mundo. Declaraciones como esa, de apariencia totalmente inocente, le valieron algunas críticas de quienes las entienden como una declinación de su combatividad dentro de la cancha. Y a LeBron no le gustó nada.
“Cualquiera que se pregunte por qué LeBron hace eso mientras juega, si estoy mostrando una señal de debilidad… ‘Se muestra amigable con ellos mientras todavía los enfrenta’. Díganles que me pueden besar el culo… Y con una sonrisa”, disparó James después de la victoria por 122 a 114 en New Orleans contra los Pelicans. En ese partido, consiguió un triple-doble con 34 puntos, 13 asistencias y 12 rebotes.
Del otro lado, Williamson aportó 35 puntos y 7 rebotes. Él sí recibió con alegría las declaraciones elogiosas de LeBron, que además de a él y a Doncic involucraron a Ja Morant, Trae Young y Jayson Tatum. “Definitivamente, significa algo. Hizo esto durante 17 años y su currículum significa algo, es un jugador increíble”, aseveró.