Rusos contra la guerra huyen a Georgia

Los lazos cálidos entre el partido gobernante en Georgia y Moscú contrastan marcadamente con los sentimientos incondicionalmente pro ucranianos en las calles de la pequeña nación del Cáucaso.

Desde que invadió Ucrania, Rusia se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de Georgia. Un informe de febrero de Transparencia Internacional Georgia dice que el año pasado el país recibió 3.600 millones de dólares desde Rusia a través de remesas, turismo y exportaciones, tres veces más que en 2021.

Sin embargo, el sentimiento popular tiende hacia la desconexión. Una encuesta en septiembre del Instituto Republicano Internacional, una organización estadounidense sin fines de lucro, reflejó que la mayoría de los georgianos consideran a Rusia la mayor amenaza política y económica de su país.

Aproximadamente la mitad sospecha de la mejoría de las relaciones de Tiflis con Moscú y las encuestas indican un apoyo masivo para unirse a la UE.

El año pasado, la UE otorgó el estatus de candidato a Ucrania y Moldavia, pero no a Georgia, estableciendo en cambio una docena de condiciones para que el gobierno las cumpliera.

Bruselas está preparada para reevaluar el progreso de Georgia a finales de este año. Los observadores dudan de las afirmaciones de Tiflis de que ha cumplido la mayoría de las condiciones. En cambio, los acontecimientos recientes sugieren que Georgia puede estar moviéndose en la dirección opuesta.

En marzo, miles de georgianos protestaron contra una iniciativa que exigía que los medios y los grupos no gubernamentales se registraran como “agentes de influencia extranjera” si el 20 % o más de sus fondos provenían de fuentes extranjeras. El gobierno finalmente abandonó el proyecto de ley, que según los críticos imitaba medidas en Rusia para reprimir a la sociedad civil.

Más protestas saludaron la reanudación el mes pasado de los vuelos directos de Moscú a Tiflis. Samkharadze, de Sueño Georgiano, dice que la idea de Moscú era “romper” las posibilidades de candidatura de Georgia a la UE, pero no explicó por qué Tiflis aceptó los vuelos que, como era de esperar, generaron críticas de la UE.

“Todo lo que les importa es permanecer en el poder”, dice George Melashvili, jefe del grupo no gubernamental Instituto Europeo-Georgiano, sobre el partido gobernante, que, sin embargo, sigue siendo más popular que la fracturada oposición.

“Harán literalmente cualquier cosa para mantener el control del poder que tienen sobre el país, incluso tratar de mantener buenas relaciones con Rusia”.

Irakli Porchkhidze, vicepresidente del Instituto de Estudios Estratégicos de Georgia con sede en Tiflis, describe de manera similar al partido gobernante como en “modo de permanencia en el poder”.

“Su corazón no está con Ucrania, y eso puede ser un error estratégico”, dice sobre Sueño Georgiano. Eso será especialmente cierto si Kiev, respaldada por Occidente, gana la guerra.

Fuente. VOA

Archivo CA

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