Nuevas manifestaciones en rechazo al plan de reforma judicial en Israel

La nueva jornada de manifestaciones contra el Gobierno israelí fue convocada por los líderes del movimiento opositor a través de un comunicado publicado en la mañana del martes 11 de julio, horas después de la primera lectura de la reforma en el Parlamento. 

“El espectáculo de terror de anoche en la Knesset sirvió como un claro recordatorio del momento crítico en el que nos encontramos. Frente a una coalición dictatorial, solo el pueblo puede rescatar a Israel”, expresó la oposición en un comunicado, llamando a los ciudadanos inconformes a “salvaguardar la democracia israelí”.

Con banderas ondeando y pancartas con el mensaje “juntos seremos victoriosos”, los manifestantes bloquearon vías de tránsito importantes, como la carretera 1, la carretera 443 y la autopista Ayalon, todas vitales para conectar Jerusalén  y Tel-Aviv, además de otros asentamientos cercanos.

Ante los bloqueos, las fuerzas de seguridad iniciaron las labores para dispersar a los manifestantes, haciendo uso de cañones de agua a presión y arrestos masivos. Al menos 66 personas han sido detenidas durante la jornada.

La cabeza del sindicato israelí más grande del país, Arnon Bar-David, ha amenazado con convocar una huelga general en todos los sectores de la industria, un movimiento que podría paralizar la economía de la nación.

Bar-David conminó a que el primer ministro Benjamin Netanyahu “termine con este caos” para evitar consecuencias mayores, si no, el sindicato tendría que intervenir. “Si la situación llega a un extremo, intervendremos y emplearemos nuestra fuerza”, afirmó el líder sindical de ‘Histadrut’.

Llamados similares provocaron que el primer ministro congelara la reforma el pasado 27 de marzo, esto en pro de evitar una “guerra civil” después de 15 semanas consecutivas de movilizaciones civiles en contra de su proyecto de ley. Sin embargo, el líder ultranacionalista decidió retomar sus planes hace unas semanas.

Preocupaciones por el futuro de la democracia israelí

Son ya 28 semanas continuas de protestas contra la reforma de Netanyahu, que pretende disminuir la jurisdicción de la Suprema Corte israelí para juzgar las decisiones tomadas por el gobierno. Este lunes 10 de julio, la mayoría oficialista logró un resultado positivo en la primera de las tres jornadas necesarias de revisión a la ley antes de ser aprobada.

Si logra pasar todos los filtros, el proyecto de ley insignia de Benjamin Netanyahu le retirará al máximo órgano del poder judicial israelí la capacidad de revertir leyes provenientes del Parlamento por considerarlas “poco razonables”.

Las ambiciones del premier han sido duramente criticadas por el bloque opositor, ya que, además de argumentar que la capacidad de la Suprema Corte de tener la última palabra en la aprobación de normativas, vital para prevenir “corrupción y abusos de poder”, apuntan que Netanyahu no tiene la legitimidad para proponer este cambio, al estar él mismo en un juicio activo con la corte.

Algunos miembros de la Knesset han intentado tranquilizar al público israelí sobre el verdadero alcance de la reforma. Simcha Rothman, jefe de la Comisión de Constitución, Derecho y Justicia de la Knesset, argumenta que si la ley es finalmente aprobada, “no habrá cambios significativos” en la estructura constitucional.

“Lo digo explícitamente: no estoy convencido de que quepa esperar ningún cambio significativo”, mencionó Rothman a medios locales.

Los planes de Benjamin Netanyahu contemplan que la reforma quede aprobada como ley para antes del 30 de julio, fecha en la que la Knesset suspende sus actividades por el verano.

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Mariana Martinez

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