La fijación del precio del carbono está ganando atención como una forma de abordar el cambio climático.
Unos 40 países y más de 20 ciudades, estados y provincias usan mecanismos, tales como régimen de comercio de derechos de emisión e impuestos sobre el carbono, o se están preparando para implementarlos.
El Banco Mundial reportó los avances en la fijación de precios al carbono mostrado a través de un acuerdo titulado State and Trends of Carbon Pricing, sobre la situación y tendencias de la fijación del precio al carbono.
Resaltan que siguen de cerca los mercados de carbono desde 2 décadas aproximadamente.
Detalla los ingresos provenientes de los impuestos al carbono y de los sistemas de comercio de emisiones donde indica que ha alcanzado una cifra récord cercana a los 95 mil millones de dólares, pese a las altas tasas e inflación, presiones fiscales y crisis energéticas.
Expertos detallan que la fijación del precio del carbono puede ser una forma eficaz de incorporar los costos del cambio climático de manera que sume a la acción climática y en las decisiones económicas.
Agregan que los gobiernos están priorizando a las políticas de fijación directa del precio del carbono a fin de reducir sus emisiones.
A través de este informe resaltan que cuando se publicó la primera edición de State and Trends of Carbon Pricing hace una década, sólo el 7% de las emisiones mundiales estaban comprendidas en un esquema de impuestos al carbono.
Los Sistemas de Comercio de Emisiones o conocido como SCE, son un instrumento de mercado que establecen límites de cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero, permitiendo a los emisores de volúmenes más bajos para vender sus derechos de emisión, a quienes generan cantidades más importantes.
En el informe detallan que la fijación del precio del carbono es una herramienta importante para incrementar los ingresos, orientar los flujos financieros internacionales e impulsar la innovación.
Redacción: Roxana de León