Este invierno será el primero en varios años en sentir los efectos del fenómeno, que tiene un impacto considerable en el clima durante los meses más fríos del año.
El Niño es una de las tres fases de la oscilación del sur-El Niño, que registra los cambios de temperatura del agua en el océano Pacífico ecuatorial que pueden tener efectos en los patrones meteorológicos de todo el mundo. La fase de El Niño se produce cuando estas temperaturas oceánicas son más cálidas de lo normal durante un periodo prolongado.
El Niño de este año comenzó en junio, se espera que sea fuerte este invierno boreal y que dure al menos hasta principios de la próxima primavera, según el Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
La Niña, su contraparte más fría, desempeñó un papel muy importante en los últimos tres inviernos en Estados Unidos, manteniendo seco el sur mientras que algunas partes del oeste recibieron una gran cantidad de nieve muy necesaria.
Las primeras predicciones invernales del Centro de Predicción Climática tienen muchas de las características de los inviernos típicos de El Niño, lo que augura cambios por venir.
¿Cómo podría ser este invierno boreal?
No hay dos inviernos de El Niño iguales, pero muchos tienen en común las tendencias de temperatura y precipitaciones.
Una de las principales razones es la posición de la corriente en chorro, que suele desplazarse hacia el sur durante un invierno de El Niño. Según la NOAA, este desplazamiento suele traer un clima más húmedo y frío al sur, mientras que el norte se vuelve más seco y cálido.
Dado que la corriente en chorro es esencialmente un río de aire por el que fluyen las tormentas, estas pueden desplazarse por el sur con mayor frecuencia durante un invierno de El Niño. Más tormentas significan más lluvias, normalmente desde las llanuras del sur hacia el sureste. Esto podría ser crucial para estados como Texas, Louisiana y Mississippi, asolados por la sequía.
La combinación de un clima más frío y precipitaciones más frecuentes también puede aumentar las posibilidades de que caigan precipitaciones invernales como lluvia helada, aguanieve y nieve en el sur.
El Niño suele provocar un invierno más suave en el norte, desde el noroeste del Pacífico hasta las Rocosas, las Llanuras y el Medio Oeste. Además pueden formarse tormentas aisladas que generen episodios de frío brutal o fuertes nevadas en estas regiones, pero suelen ser menos frecuentes.
Esto sería una mala noticia para partes del Medio Oeste, que también se enfrentan a niveles extremos y excepcionales de sequía, y para la capa de nieve en el noroeste del Pacífico, una fuente de agua clave para la región.
Los patrones invernales de El Niño son menos regulares en California, el suroeste y el noreste.
La frecuencia de las tormentas y el aumento de las precipitaciones en California y partes del suroeste pueden depender de la fuerza global de El Niño. Un El Niño más fuerte podría causar más tormentas, lluvias en zonas bajas y nieve en zonas altas, mientras que una versión más débil podría dejar seco al suroeste.
El noreste no tiene un conjunto bien definido de expectativas durante un invierno de El Niño. En general, la región puede ser más suave que sus homólogas septentrionales, pero también puede estar a merced de las fuertes tormentas costeras que se desplazan a lo largo de la costa atlántica.
Mirar hacia atrás en los inviernos recientes de El Niño también puede ayudar a visualizar lo que el próximo invierno puede traer:
- Un débil fenómenos de El Niño durante la temporada 2018-2019 tuvo varias tormentas notables, incluida una en diciembre que dejó nieve y hielo desde Texas hasta las Carolinas. La temporada también fue el invierno más lluvioso registrado en el territorio continental de Estados Unidos y presentó temperaturas superiores al promedio en gran parte del este, según la NOAA.
- Un fenómeno de El Niño muy fuerte durante el invierno 2015-2016 contribuyó al invierno más cálido registrado en el territorio continental de Estados Unidos, según la NOAA. El invierno cálido no impidió las grandes tormentas de nieve, incluida una ventisca mortal que paralizó los viajes por la costa este.
- El invierno 2009-2010 fue el último con un fenómeno de El Niño de la misma intensidad prevista para este año. Fue bastante frío en el sur y centro de EE.UU. y muy húmedo y nevado en la costa este, según datos de la NOAA. La temporada se caracterizó por las múltiples ventiscas que azotaron el noreste en rápida sucesión.