Se conmemora el 27 aniversario de la firma de la paz
Guatemala aún tiene desafíos sociales, económicos y políticos frente a los compromisos establecidos.

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Pasadas más de dos décadas, se recuerda lo que fue uno de los acontecimientos que marcaría un antes y un después en la historia de Guatemala tras la firma de los acuerdos de paz.

Este 29 de diciembre se cumplen 27 años desde la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, con el fin de poner fin al conflicto armado interno que dejó muerte y dolor, donde la cifra de víctimas alcanzó las doscientas mil personas.

Las causas que originaron dicho conflicto, muchas de ellas arraigadas desde la Colonia y consolidadas en la época Independiente, Reforma Liberal, Reforma Democrática e incluso en la Constitución Política de la República de 1985, mantienen una visión no inclusiva de las demandas de la población guatemalteca.

Con la firma de la paz, se posibilitó una vida más democrática y de desarrollo integral para los guatemaltecos en general. Sin embargo, como nada es perfecto pero sí perfectible, es el momento imprescindible y urgente de retomar lo pendiente en materia de derechos humanos y en aspectos socioeconómicos, agrarios y relativos a los pueblos indígenas, entre otros, como compromisos de Estado con los acuerdos de paz, según refieren los expertos.

Los Acuerdos de Paz Firme y Duradera contienen 17 puntos acompañados de declaraciones de voluntad política para garantizar el respeto de las garantías constitucionales. Además, forman parte del grupo de objetivos políticos para obtener un desarrollo socioeconómico participativo orientado al bien común. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera este compromiso como un esfuerzo del país para lograr una sociedad justa, equitativa y eficiente.

En conmemoración a este hecho histórico, se creó el Monumento a la Paz, que se dio a conocer el 29 de diciembre de 1997, un año después de la firma de los acuerdos. Dicha escultura se ubica en el Patio de la Paz, en el lado oeste del Palacio Nacional de la Cultura, que fue la sede del Gobierno guatemalteco de 1943 a 2001 y escenario para la suscripción de los documentos.

En la rotonda de la séptima avenida, en el lado oriente frente a la Municipalidad de Guatemala, también se colocó una réplica de esta obra. Se develó en conmemoración de los 10 años del fin del conflicto armado interno, el 29 de diciembre de 2006.

En referencia a la agenda 2030 de Naciones Unidas para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, 25 años después, estos acuerdos merecen ser valorados desde el convencimiento firme de que la paz, la justicia y los derechos humanos son aspiraciones imprescindibles para la vida de los pueblos y de la humanidad.

Por Brandon Magaña

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