Suecia se incorpora a la OTAN: ¿Cuál es su poder militar?

Para una nación históricamente neutral, que incluso se las arregló para escapar de los combates en la Segunda Guerra Mundial, esto significa un hito que no podría explicarse sin los hechos recientes en Ucrania.

Tras meses de arduas negociaciones, la adhesión de Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) superó en febrero el último obstáculo y este jueves el país formalmente se incorporó como el 32° miembro de la alianza militar más grande del planeta.

Suecia solicitó el ingreso a la OTAN, junto a Finlandia, en 2022 como directa consecuencia de la invasión de Ucrania desatada por Rusia ese mismo año, que derivó en una guerra aún sin desenlace a la vista.

Ambos países, sin embargo, enfrentaron resistencia de parte de dos miembros de la OTAN, Turquía y Hungría, con los que han mantenido roces diplomáticos en el pasado.

La adhesión de Finlandia se resolvió con relativa rapidez y el país ingresó en la alianza en 2023. Suecia aún sigue en proceso, pero tras llegar a un acuerdo y lograr a fines de febrero la aprobación por abrumadora mayoría en el Parlamento de Hungría, el último obstáculo que quedaba, este jueves el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, entregó formalmente los documentos de adhesión al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en Washington.

Así, Suecia se ha convertido el 32° miembro de la OTAN. ¿Pero qué es exactamente lo que podría aportar a la alianza militar y que busca recibir?

Una historia de neutralidad

Con una ubicación estratégica en el norte de Europa, entre Noruega, Finlandia y Dinamarca, y controlando el tráfico entre el mar del Norte y el Báltico, podría pensarse que Suecia tuvo un rol importante durante los destructivos conflictos que marcaron el siglo XX.

Pero no fue así.

Suecia se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), llegando a tener relaciones con Alemania y al mismo tiempo recibiendo refugiados judíos que escapaban del nazismo, a pesar de que todos sus vecinos entraron en el conflicto y que los combates llegaron muy cerca de sus fronteras.

Suecia también fue neutral durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), que arrasó con una generación entera de europeos.

Suecia, de hecho, no ha peleado ninguna guerra desde 1814, cuando protagonizó un conflicto con Noruega, según información oficial del Gobierno, y la neutralidad fue adoptada formalmente como política por el rey Gustav XIV en 1834.

“Suecia está dejando atrás 200 años de neutralidad y no alineamiento”, dijo el mes pasado Kristersson durante una visita a Budapest a la espera de la aprobación del Parlamento de Hungría de su adhesión a la OTAN. “Es un gran paso y algo que hay que tomarse en serio”, agregó.

La relación con Rusia

Pero nada de esto significa que Suecia no esté preparada para la guerra.

Por el contrario, el país ha encarado siempre una “neutralidad armada” basada en una fuerte política de defensa nacional en una región, Europa, que ha estado marcada por la guerra y el conflicto.

Una muestra de ello es la industria nacional de armas sueca, que produce sistemas avanzados como los cazas supersónicos Saab Gripen, los submarinos clase Gotland o los misiles antitanque NLaw, usados actualmente por Ucrania.

Esta preparación militar histórica, planteada como base de su neutralidad, ha chocado ahora con la amenaza planteada por Rusia desde su invasión de Ucrania en febrero de 2022.

Suecia no tiene frontera terrestre con Rusia; en medio de ambos está Finlandia. Pero sí tiene una frontera marítima con el enclave de Kaliningrado y comparte el mar Báltico, de importancia estratégica para Moscú.

En Kaliningrado, antigua ciudad alemana de Königsberg capturada por los soviéticos rebautizada en 1946, funciona precisamente la base naval de Rusia en el Báltico, que está rodeada de países miembros de la OTAN.

Entre Suecia y Rusia hay una larga historia de conflicto y tensión precisamente en torno al Báltico: desde las expediciones vikingas en la edad media contra lo que hoy es Rusia, hasta las guerras del siglo XVIII y XIX que forjaron las fronteras actuales de Suecia.

La cooperación sueca con la OTAN, más allá del proceso de ingreso reciente, comenzó poco después de la caída de la Unión Soviética: en 1994 Suecia ingresó el programa Asociación para la Paz (PfP, en inglés) de la alianza, y desde entonces ha participado casi como un miembro pleno de numerosos ejercicios e incluso de operaciones militares de la OTAN en Kosovo, Iraq y Afganistán.

Ahora, tras la invasión rusa de Ucrania, Estocolmo decidió dar el paso final de ingreso en la OTAN, una alianza caracterizada por el principio de defensa colectiva, por el cual un ataque contra un miembro es un ataque contra todos los miembros, que asistirán en la defensa del país agredido, según el artículo 5 de su carta constitutiva.

“La adhesión de Suecia nos hará a todos más fuertes y seguros”, afirmó en febrero el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Las Fuerzas Armadas de Suecia, en perspectiva

¿Pero cuál es el poder militar de Suecia y cómo se compara con los demás países de la OTAN?

De acuerdo con el último reporte del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), las Fuerzas Armadas de Suecia cuentan con un personal activo de 15.000 personas y una reserva estimada en otras 11.000.

Se trata de un número inferior a los 181.000 de Alemania, los 144.000 del Reino Unido o los 100.000 de Polonia, por citar solo tres miembros europeos de la OTAN de acuerdo con la misma fuente.

Suecia posee 212 aeronaves militares, entre las que se incluyen los Gripen, unos 120 tanques y un buen número de activos navales, incluyendo submarinos clase Gotland y corbetas. Aunque el grueso de sus 353 navíos son barcos de patrullaje, de acuerdo con el Global Firepower Index de 2024.

En 2023 Suecia tuvo un gasto militar de US$ 9.217 millones, también por debajo de los US$ 63.696 millones de Alemania o los US$ 23.454 millones de Polonia, según estimaciones del IISS.

Este gasto representa un 1,54% del Producto Interno Bruto de Suecia, por lo que se encuentra por debajo del umbral del 2% acordado por los miembros de la OTAN (y con el cual no todos cumplen).

Marco Sajquin

Marco Sajquin

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