La violencia en la Sierra Madre de Chiapas ha llevado a una nueva ola de desplazamientos forzados, con decenas de habitantes cruzando la frontera hacia Guatemala en busca de seguridad. El martes 23 de julio, un grupo del crimen organizado irrumpió violentamente en el poblado San José, en el municipio de Amatenango de la Frontera. Armados con rifles, los delincuentes amenazaron a los residentes, obligándolos a abandonar sus hogares.
En Guatemala, se ha reportado la llegada de estas familias desplazadas, que han encontrado refugio principalmente en el poblado de Cuilco, en el departamento de Huehuetenango, y en el municipio de Chiantla, que colinda con Motozintla y otros municipios de la Sierra. Los habitantes, en su desesperación, atravesaron terrenos difíciles, incluyendo un tramo de terracería alrededor del río Cuilco, conocido en México como río Grijalva, para ingresar a territorio guatemalteco. Esta peligrosa travesía fue su única opción para escapar de la amenaza inminente de los grupos armados.
A pesar de la gravedad de la situación, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Chiapas no ha reportado oficialmente desplazamientos en la zona. Además, ni la Cancillería ni la Guardia Nacional mexicanas han respondido a las solicitudes de comentario sobre la situación de los ciudadanos que buscan refugio en Guatemala.
Este evento subraya el creciente problema de seguridad en la región, donde la violencia, alimentada por pugnas entre organizaciones vinculadas al narcotráfico, ha llevado a una crisis humanitaria. Las comunidades afectadas y los gobiernos de ambos países enfrentan el reto de responder a esta emergencia y proteger a los desplazados que huyen de la violencia.
Según informes de la Secretaría de la Defensa Nacional, la principal confrontación entre grupos de la delincuencia organizada en México involucra al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación. En 2021, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos reportó 42 episodios de desplazamiento forzado en el país, afectando a 379,322 personas debido a la violencia. Chiapas fue la segunda entidad con más desplazamientos, con 7,117 personas afectadas en nueve episodios. Los municipios más afectados fueron Pétalo y Chenalhó, donde 3,205 personas de las comunidades Zotziles y Cerezales dejaron sus hogares. En estas áreas operan grupos delictivos como el Cártel de Chiapas y Guatemala, los budistas y la Mara Salvatrucha.