La SAT reveló un caso de defraudación tributaria que asciende a más de Q6 mil millones, perpetrado por 410 empresas fantasmas.
Estas compañías, sin mobiliario, equipo, personal ni recursos, lograron obtener contratos para prestar servicios al Estado.
El jefe de la SAT indica cuales fueron las entidades de Gobierno a quienes se vendieron bienes y servicios.