Hacia 1954, Miguel Ángel Asturias escribe el poema A Guatemala en medio de la crisis política tras el derrocamiento de Jacobo Árbenz.
El país apenas había vivido lo que se denominó ‘Primavera’ de Juan José Arévalo. Eran días de incertidumbre, que Asturias plasmó en su poema magistral.
Hoy, se rescatan esos versos para recordar la convulsa historia de los años 50. En este mes de la patria, se evoca la nostalgia del llamado ‘escritor errante’.”
Patria de las perfectas luces, tuya
la ingenua, agraria y melodiosa fiesta,
campos que cubren hoy brazos de cruces!
¡Patria de los perfectos lagos, altos
espejos que tu mano acerca al cielo
para que vea Dios tantos estragos!
El autor menciona temas agrarios, uno de los mayores problemas de Guatemala y el resto de América Latina. El campo, como él lo llama, pide justicia.
Cuando Asturias refierre el término Eterna Primavera, pinta con maestría los colores de esta tierra, pero anticipa y vaticina días de sufrimiento, dolor y pena para esta patria a la que ama.
¡Patria de los perfectos valles, tienden
de volcán a volcán verdes hamacas
que escuchan hoy llorar casas y calles!
Refieren en su texto que Asturias también le canta a lo verde de los valles guatemaltecos y a la cadena volcánica, la más grande y poblada de Centroamérica y parte del Cinturón de Fuego.
Metafóricamente tiende una hamaca, como las hamacas de los pueblos y las fincas, solo que él la extiende de volcán a volcán. Imaginemos qué grandes hamacas entre los volcanes de Fuego, Santiaguito, Tacaná o Tajumulco.
Expertos en el tema refieren en su observación que este poema tiene inspiración geográfica, no cabe duda.
Además, menciona el oro verde, el banano, como una de las mega industrias en apogeo en la década en que Asturias escribió esta pieza literaria.
Existe un sin número de obra escrita por Miguel Ángel Asturias que seguirá vigente en la voz de nuevas generaciones, pero particularmente hablará de una realidad de país, que en muchos escenarios no ha cambiado en su totalidad.
Redacción: Renato Martínez