Cada 15 de enero, la devoción al Cristo Negro de Esquipulas convoca a miles de peregrinos a la ciudad de Esquipulas, Chiquimula, para vivir una de las celebraciones religiosas más significativas de Guatemala.
En este día, la fe se traduce en procesiones, misas y actos de veneración, mientras la ciudad se convierte en un lugar de encuentro para aquellos que buscan presentar peticiones o dar gracias.
En la Ciudad de Guatemala, la tradición también cobra fuerza. Templos como Santa Marta, Santo Cura de Ars y Divina Providencia realizan cortejos procesionales en honor al Cristo Negro, mientras lugares como Esquipulitas y el Santuario de Guadalupe reciben a los fieles para que expresen sus oraciones y ofrendas ante la imagen de Jesús Crucificado.
Esta devoción, sin embargo, no se limita a la capital. En todo el país, comunidades del interior replican el fervor con procesiones y actos litúrgicos, demostrando que el Cristo Negro de Esquipulas es un símbolo de esperanza y fe que trasciende fronteras.
La tradición de este Cristo moreno, un faro espiritual para miles de guatemaltecos, refleja la profunda identidad religiosa del país.
Cada enero, la cultura y la fe se entrelazan en una celebración que no solo fortalece la vida espiritual, sino que también fomenta la convivencia comunitaria y el turismo religioso.