Solo dos de cada 10 adolescentes hace el ejercicio mínimo recomendado

Los expertos llevan ya tiempo advirtiendo de que los jóvenes no hacen todo el ejercicio físico que deberían. Ahora tenemos la confirmación: el 80% de los adolescentes de entre 11 y 17 años de todo el mundo no realizan la actividad diaria mínima para estar saludables.

Y los especialistas no hablan solo de hacer deporte, sino de acciones tan básicas como caminar hasta el colegio o jugar a la pelota con los amigos en el parque. Los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hablan de una hora diaria de movimiento. Estos datos adquieren ahora una nueva relevancia, si tenemos en cuenta la epidemia de obesidad que ha alcanzado a prácticamente todos los países del mundo.

Cuatro científicas de este organismo acaban de publicar el mayor estudio hasta la fecha, tanto por el tiempo que abarca como por la población que examina, sobre actividad física en esta franja de edad.

El grupo de investigadoras encabezadas por Regina Guthold ha analizado la evolución de 2001 a 2016 de 1,6 millones de jóvenes que van al colegio en casi 300 encuestas nacionales en 145 países y territorios. De ella se extraen tres conclusiones principales:

– Se avanzó entre poco y nada en los últimos 15 años – Las chicas hacen menos ejercicio – Es una actitud común a países pobres y ricos

El equipo publicó sus conclusiones en The Lancet. El país que presenta mejor resultado es Bangladés (66%) y el peor, Corea del Sur (94,2%).

En el caso de Bangladés e India (73%), las investigadoras insisten en que los buenos resultados se debe a la profunda implantación de deportes nacionales como el críquet, que los chicos practican cada día en el barrio, y a que a ellas se les exige que ayuden en las tareas de la casa cuando vuelven del colegio. Limpiar el hogar es una actividad física. En Corea del Sur, el 97,2% de las chicas no hace suficiente ejercicio.

Los niños y adolescentes pasan una media de tres horas delante de la tele, en la que por cierto anuncian bebidas azucaradas y productos ultraprocesados.

Aunque haya una gran brecha entre el primero y el último, el resto de países se encuentran en un rango muy similar.

La brecha de género es muy llamativa en muchos países, pero en Estados Unidos e Irlanda alcanza su cota máxima, el 15%.

En el primer país «la educación física en las escuelas es potente, hay una cobertura deportiva enorme de los medios y una presencia muy fuerte de clubes y equipos deportivos en los que pueden inscribirse, especialmente los que tradicionalmente han estado dominados por los hombres».

En el total mundial, un 78% de los varones jóvenes es sedentario, frente a un 85% en el caso de las chicas. En España, esta brecha es de 14 puntos: el 69,8 de los varones no hace el ejercicio mínimo, frente al 83,8% de las adolescentes.

¿Qué falla para que no hagan ejercicio?

«En el futuro hay que pensar campañas dirigidas especialmente a que las chicas practiquen deporte. Tenemos que entender qué les motiva. También es necesario crear las condiciones. Facilitar que haya, por ejemplo, vestuarios separados.

Además de educar a la comunidad: en algunas sociedades sigue existiendo el mito de que no es seguro hacer ejercicio durante la menstruación». El estudio señala intervenciones exitosas, como la campaña británica This Girl Can, destinada a fomentar el deporte femenino.

Los expertos apuntan a la vida delante de una pantalla como el principal de los problemas. «La revolución digital ha transformado los patrones de movimiento de la gente y el modo en que trabaja, se divierte, aprende y viaja», sentencia en un artículo, también en The Lancet, Mark S. Tremblay, experto en vida saludable y obesidad del Instituto de investigación del hospital de Otawa (Canadá). «Las personas duermen menos, pasan más tiempo en una silla, conducen más y hacen menos ejercicio», explica.

Los padres ahora tienen menos tiempo y no hay nadie que salga con los chicos al parque. (Foto: Shutterstock)

Los padres ahora tienen menos tiempo y no hay nadie que salga con los chicos al parque. (Foto: Shutterstock)

Pero sería absurdo achacar el 100% de la culpa a los móviles y las tabletas, dado que hace 15 años algunos resultados no eran mucho mejores. «Es una mezcla de factores. Los padres ahora tienen menos tiempo y no hay nadie que salga con los chicos al parque. Hay menos espacios seguros en las ciudades para que los menores puedan estar por su cuenta.

Y a esto se suma que comemos peor. Si queremos cambiar la tendencia tenemos que darnos cuenta de que el problema va mucho más allá de cambiar la merienda», indica Nerea Martín-Calvo, pediatra y profesora de medicina preventiva y salud pública en la Universidad de Navarra.

Así opina también Guthol, la autora principal del estudio: «No podemos culpar al adolescente, o abordarlo solo desde un punto de vista de salud, sino fijarnos en el sistema, en la educación y en la planificación urbana».

Martín Calvo dirige el Proyecto Sendo, que busca analizar el efecto de la dieta y los estilos de vida sobre la salud del niño. «Los efectos de estas cifras ya están aquí. Estamos viendo una epidemia de obesidad que no se ha visto nunca.

Es un pescado que se muerde la cola, si el nene come mal y gana peso, no querrá salir a hacer deporte, se vuelve más torpe y gana aun más peso. Pero todo esto se lo estamos enseñando desde pequeño. Si para conseguir que estén tranquilos en la mesa les sacamos la tablet, es lo que demandarán cuando crezcan», asegura.

Los padres ahora tienen menos tiempo y no hay nadie que salga con los chicos al parque. Hay menos espacios seguros en las ciudades para que los menores puedan estar por su cuenta. Y a esto se suma que comemos peor.

El tema de la falta de ejercicio de los adolescentes no es nuevo, como muestra este macroestudio, pero sí hay un motivo por el que ahora adquiere una nueva dimensión.

«Hace 20 años no existían tantos ultraprocesados al alcance de todo el mundo, no habíamos identificado la actividad física como algo vital, pero ahora lo es», apunta Ricardo Pérez Cuevas, doctor en salud publica y especialista del Banco Interamericano de Desarrollo.

Según el último informe anual de Unicef, centrado precisamente en la malnutrición, 40 millones de menores de cinco años tienen más kilos de los saludables. «Y un niño con sobrepeso será un adolescente con sobrepeso», puntualiza el experto.

En América Latina solo un país baja del 80% de sedentarismo: Antigua y Barbuda (79,2%). «En la región se dan todas las tendencias a nivel mundial: falta de infraestructuras para realizar deporte en las escuelas, carencia de profesores de educación física, un entorno escolar lleno de ultraprocesados, cada vez caminamos menos y conducimos más, y hay altos índices de criminalidad que hacen que no haya muchos espacios seguros para que los chicos estén en la calle», resume.

También apunta a las pantallas como el gran enemigo: «Los niños y adolescentes pasan una media de tres horas delante de la tele, en la que por cierto anuncian bebidas azucaradas y productos ultraprocesados.

A eso hay que sumar el tiempo que pasan delante del ordenador haciendo los deberes». Si vamos más allá, Cuevas descubre un asunto que solo ahora está comenzando a abordarse: «La adolescencia ha sido una etapa bastante olvidada desde el punto de vista de la salud».

Archivo CA

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