La falta de preparación en los sistemas de salud a nivel mundial, se reflejó en las deficiencias ante la emergencia de COVID-19, cuando el virus estaba en su mayor auge, indica estudio realizado por el Banco Mundial.

Agregan que muchos países enfrentan dificultades para salvaguardar vidas y, al mismo tiempo mantener los servicios médicos esenciales, como la salud materna, la vacunación infantil, y el tratamiento de enfermedades no contagiosas.

Según la OMS el COVID-19 ya no representa una emergencia sanitaria a nivel internacional, sin embargo, no se descarta que en el futuro se produzcan crisis de salud con mayor frecuencia, debido al cambio climático, la escasez de agua, los cambios en el uso de la tierra, la transmisión de patógenos de los animales a los seres humanos y la inestabilidad provocada por los conflictos.

Es importante que, para reducir el impacto de futuras crisis en las vidas y los medios de subsistencia, las autoridades puedan adoptar medidas urgentes para aumentar la capacidad de adaptación de los sistemas de salud.

El Banco Mundial detalla que un sistema de salud capacitado, es un sistema integrado, que permite identificar con mayor rapidez y eficazmente todas las amenazas y los factores de riesgo, capaz de responder sin demora a los cambios que surgen ante cualquier situación, con la capacidad para contener las crisis y minimizar las interrupciones en los servicios de salud.

Redacción: Jessenia Beteta