Béart, estrella multipremiada en su país y mejor conocida por el público internacional por sus apariciones en “Manon des Sources” (1986) y “Mission: Imposible” (1996), cuenta en un nuevo documental que sufrió abusos sexuales entre los 10 y los 14 años, informa BFMTV, afiliada de CNN.
Béart cuenta su historia en el documental “Un silence si bruyant” (“Un silencio tan ruidoso”), que ella misma codirige. Su estreno está previsto para el 24 de septiembre en el canal de televisión francés M6.
Su codirectora, Anastasia Mikova, intervino el martes en un acto de presentación de la película y declaró a los asistentes que el padre de Béart, el cantante Guy Béart, no fue la persona que abusó de ella, según BFMTV.
Mikova continuó diciendo que Béart no quería nombrar a su abusador por “razones familiares”.
Durante la película, que cuenta las historias de otras cuatro víctimas, Béart dice que fue su abuela quien la “salvó” de los abusos.
Durante el acto del martes también se proyectó un video con un mensaje de Béart, informa BFMTV.
“Yo no quería hablar, quería abrir espacio para que otros hablaran”, dijo. “Frente a ellos, su honestidad, su valentía, pensé que yo también debía hablar”.
Béart también habló del documental en una entrevista con la revista Elle, publicada este martes.
“Este silencio, que primero impone la persona que te viola, este silencio hace un ruido terrible en tu interior y adopta todo tipo de formas”, dijo.
Charlotte Caubel, secretaria de Estado de Francia para la Infancia, elogió a Béart por hablar en una publicación en X (antes Twitter).
“Saludo la valentía de Emmanuelle Béart y de quienes testifican a su lado. Tenemos que concienciar sobre esta lacra que sigue destruyendo a tantos niños”, escribió Caubel. “Cada tres minutos un niño es víctima de la violencia sexual. Rompamos el silencio”.
La cuestión del incesto y los abusos sexuales a menores ha saltado a primera plana en Francia en los últimos años, después de que una acusación en una familia prominente provocara un replanteamiento nacional.
La abogada Camille Kouchner escribió un libro, “La Familia grande”, publicado en enero de 2021, en el que acusaba a su padrastro, el destacado intelectual francés Olivier Duhamel, de abusar de su hermano gemelo desde que éste tenía 14 años.
Duhamel es un ex eurodiputado socialista y reputado experto político que también presidió el consejo de administración de Sciences Po, una de las principales universidades francesas.
“Al ser objeto de ataques personales, y en un intento de preservar las instituciones en las que trabajo, pongo fin a mis funciones”, escribió Duhamel en Twitter poco después de que salieran a la luz las acusaciones. Esto coincidió con su renuncia al consejo de administración de Sciences Po, así como a sus funciones en un club intelectual y en una publicación de ciencias políticas. Duhamel borró posteriormente el tuit y su cuenta de Twitter.
La Fiscalía de París anunció que iniciaba una investigación contra Duhamel por “violación y agresión sexual por una persona que tenía autoridad sobre una menor de 15 años”. CNN se puso en contacto en su momento con el abogado de Duhamel para obtener comentarios, pero no recibió respuesta. La investigación se abandonó posteriormente porque había prescrito, informó BFMTV.
El escándalo de Duhamel provocó que cientos de presuntas víctimas se manifestaran en las redes sociales bajo el hashtag #MetooInceste. Los franceses acudieron a Twitter para compartir desgarradoras historias de abusos sufridos en la infancia a manos de sus padres y familiares, y cómo ese trauma, y el sentimiento de vergüenza y aislamiento que lo acompañaba, a menudo persistía hasta bien entrada la edad adulta.
Facing Incest, una ONG que apoya a las víctimas de abusos, dijo que el 10% de los franceses había sufrido incesto, según una encuesta representativa de 1.033 adultos franceses mayores de 18 años, entrevistados en línea del 4 al 5 de noviembre de 2020 por la agencia de sondeos Ipsos. “Estamos hablando de un delito masivo”, afirmó la organización sin fines de lucro.
En abril de 2021, los legisladores franceses aprobaron una ley que define el sexo con un menor de 15 años como violación, y lo castiga con hasta 20 años de cárcel, similar a muchas otras naciones occidentales, informó Reuters.
Antes de este cambio, los fiscales que solicitaban una condena por violación debían demostrar que las relaciones sexuales no habían sido consentidas, según Reuters.