El pasado miércoles en el espacio de análisis de ALas845, la discusión se desarrolló sobre las características de los procesos de transición y cómo afecta la decisión del presidente electo, Bernardo Arévalo, de suspender de forma temporal por su parte el que actualmente realizaba con el Ejecutivo.
En la discusión participaron Jorge Mario Andrino y Karin Slowing, ambos analistas y conocedores del aparato estatal.
Slowing adujo que antes que nada, un proceso de transición se ve como una postura de “buena voluntad” por parte del gobierno saliente en pro de la transparencia.
“Lo que refleja el proceso de transición es un espíritu de buena voluntad, de que la función pública continúe independientemente de quien llegue. No es un proceso legal parte del cambio de poder. Es un acto de buena fe de forma civilizada de permitir que una persona entre al gobierno”, señaló.
Andrino valoró además la decisión de Arévalo de retirarse del proceso actual, pues las condiciones son complejas.
“La actitud de Arévalo va de la mano a la coyuntura. El proceso es un mecanismo de madurez política. Hay una ansiedad y efecto complejo que no hace cómodo a los nuevos gobernantes de encontrar la madurez política de un gobierno que entrega. Esto a pesar de las declaraciones del presidente Giammattei. Creo que fue una decisión muy sabia del presidente electo”, explicó.
Sobre las señales que pudo haber dado el gobierno entrante en el proceso de traspaso de información, al presentar a potenciales integrantes futuros del gabinete, Slowing dijo que la espera en definir a un gabinete no es exclusivo de esta coyuntura.
“Esto no es nuevo. No solo le pasa a este partido de buscar aún a integrantes del gabinete. Las personas que recibieron los documentos, los conozco y sé que saben del aparato público. Lo que ocurre es que se penaliza mucho a quienes aceptan participar en lo público. Estoy segura que los equipos técnicos están revisando los documentos que les dieron. Antes era de no dejarle nada a quien llegara para que fracasara”, aseguró.
