Los iraníes votaban este viernes para elegir un nuevo Parlamento en unos comicios que se espera sean dominados por los conservadores, en medio de gran apatía por un fuerte desplome económico, varias crisis y la inhabilitación de miles de candidatos reformistas.
Muchos iraníes tenían planeado boicotear el comicio, absteniéndose de votar para demostrar su hartazgo con las autoridades que no han logrado aliviar las dificultades económicas del país, agravadas por las sanciones estadounidenses.
“Hoy en Irán es difícil para todo el mundo y estamos hartos. Queremos enviar un mensaje a las autoridades”, dice enfadada Pari, una ciudadana de Teherán, de 62 años, bajo la mirada aprobadora de su hija Kiana, de 30 años, una psicóloga que también planeaba abstenerse.
Casi dos años después del anuncio de Washington del restablecimiento de las sanciones económicas, la esperanza de que el acuerdo nuclear de 2015 negociado por la administración del presidente Hasan Rohani mejorara la situación se evaporó y el país se hunde en la recesión.
“No hay trabajo ni futuro”, dice Kiana, con sus cabellos negros escapándose del velo, en un barrio comercial de clase alta en el norte de la capital.
Incluso aquí las desigualdades saltan a la vista. Elegantes mujeres al volante de sus 4×4 conviven con vendedores callejeros mugrientos con sus mercaderías en el suelo.
Kiana reprocha a las autoridades no solo su incapacidad para relanzar la economía del país y “cumplir las promesas” sino también la “falta de honestidad”, y recuerda que las autoridades tardaron tres días en reconocer que un misil iraní derribó “por error” un avión de línea ucraniano a principios de enero.
Reelegido en 2017, Rohani, un conservador moderado, prometió más libertades sociales e individuales y prometió a los iraníes que se beneficiarían de su política de acercamiento a Occidente.
Pero los habitantes de Teherán confiesan las estrecheces que han
traído la inflación y la violenta recesión económica que siguió al
restablecimiento de sanciones estadounidenses en 2018. Para Pari, el
“gobierno debería haber gestionado mejor el impacto de las sanciones”.
Con este nivel de indignación, gran parte de la atención está puesta ahora en el nivel de participación. Será el termómetro para medir el apoyo al liderazgo del régimen teocrático islámico.
La descalificación de más de 7.000 candidatos potenciales, la mayoría de ellos reformistas y moderados, realza la posibilidad de que la concurrencia a las urnas sea menor que la usual y adelante una victoria conservadora.
El liderazgo de Irán y la prensa estatal han pedido una alta participación de los votantes, y algunos clérigos del gobierno lo han presentado como una obligación religiosa.
Al emitir el primer voto de la elección, el líder supremo iraní, el ayatollah Ali Jamenei, urgió a todos los ciudadanos a participar y dijo que eso “garantizará los intereses nacionales”.
Jamenei ostenta el poder total y es quien tiene la última palabra en todas las cuestiones.
Los
aproximadamente 7.000 candidatos que calificaron se disputarán los 290
asientos del Parlamento iraní en votaciones en 208 circunscripciones.
La inflación y el desempleo se han disparado y la moneda iraní se ha desplomado desde que el presidente Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear firmado entre Irán y las potencias en 2015 y volvió a imponer sanciones a Teherán.La crisis desató protestas contra el gobierno en múltiples ciudades del país en noviembre pasado. Amnistía Internacional (AI) afirmó que más de 300 personas murieron en la represión de las manifestaciones.
El Parlamento de Irán no tiene la potestad de fijar grandes políticas, pero debate el presupuesto anual y el posible juicio político a ministros.
El actual Parlamento, elegido en 2016, tiene más de 100 reformistas y moderados, mientras que el resto de la cámara se divide entre independientes y conservadores.
Casi 58 millones de iraníes están habilitados para votar, de una población total de unos 80 millones.
La participación ha superado siempre el 50% en los últimos años. En 2016, fue casi del 62%.
Se espera que los resultados iniciales sean publicados el sábado. Las elecciones presidenciales están previstas para 2021.
Con información de AFP y EFE