Michelle Bennett no creía que pudiera despedirse de su madre antes de que la mujer muriera.
Al igual que a muchas familias en todo el país, en este momento, a Bennett le dijeron que no podía estar cerca que su madre, Carolann Christine Gann, que había contraído el nuevo coronavirus y se acercaba al final de su vida.
“No poder estar allí y tomar la mano de mi madre, frotarle la cabeza, decirle las cosas que quería decirle. Fue una sensación de impotencia, puedo recordar los días en los que me sentía tan frustrada e impotente y no poder hablar con ella porque no estaba consciente durante ese tiempo “, dijo Bennett a CNN el lunes.
Pero una enfermera del hospital Swedish Issaquah, del estado de Washington, se encargó de asegurarse de que Bennett se despidiera. Bennett le comentó a CNN que la enfermera la llamó desde su teléfono celular personal y le dijo que la respiración de su madre estaba cambiando y que probablemente no viviría mucho más.
“Voy a ponerle el teléfono en la cara para que puedas decirle que la amas y decirle adiós”, contó Bennett que le dijo la enfermera. “Ella no estará sola, nos quedaremos con ella hasta el final”.
Diez minutos después, Bennett expresó que estaba hablando con su madre moribunda por FaceTime.
“Te amo mucho”, le dijo Bennett a su madre, agregando que las dos habían discutido recientemente las pruebas por las que pasa cada relación madre-hija y que nunca llegó a decirle a su madre que la perdonó.
“Te perdono mamá, te amo. Sé que no tuve la oportunidad de decirlo”, manifestó Bennett.
Admitió que era difícil expresar sus sentimientos cuando en realidad no estaba allí, pero espera que su madre haya escuchado sus últimas palabras.
“Mamá, está bien irse. Está bien irse ahora”.
En una hora, Bennett dijo que se había ido.
Según ella, vio que la enfermera estaba llorando cuando le quitó el teléfono.
“Sé lo difícil que es para ellos”, aseguró. “No puedo imaginar estar en la primera línea de eso y tener que ir a casa todos los días y correr el riesgo de contraer la infección, pero luego tener la compasión y la empatía de estar allí en ese momento como si fuera su propia madre. Esa es una de las cosas más increíbles que he experimentado”.