El aumento del calor enferma los cafetales de El Salvador

La altura en los bosques de café ya no es garantía de que la producción será de calidad. Esas zonas ya no son tan frías como hace 15 años, y las enfermedades de la planta amenazan con acabar con los cultivos.

El sol en la regiones altas de El Salvador vacila al asomarse este invierno. En verano ocurre lo mismo. Llueve y la fuerza del agua forma un jardín acuático en medio de los cafetos de la zona. Esa inestabilidad en las estaciones del año amenaza cada año a los bosques de café y los caficultores temen que su inclemencia acabe con las cosechas.

Es el final de octubre. Un viaje por dos fincas ubicadas en las regiones más altas de El Salvador -La Palma y Los Naranjos- da fe de las miles de plantaciones de café que se preparan para dar su fruto a partir de diciembre. El camino es resbaladizo por la humedad de la época. El invierno ha traído consigo algunas lluvias. Pero no las suficientes, como sí solía hacerlo hace 15 años.

La cosecha apenas empieza en la finca Milady. Los granos de café no han crecido lo suficiente y algunas plantas ya asoman manchas de color amarillo tenue que indican la presencia de hongos.

Díaz toma la hoja de una de sus plantas y con risa nerviosa explica que la roya es un hongo que debilita la hoja y hace que se caiga. Observa la ropa de quienes lo acompañan porque según dice, el hongo es tan contagioso que se adhiere y se propaga también por medio de la ropa.

Milady ha sido fumigada siete veces contra ese hongo: “Una fumigada de toda la finca anda cerca de 500 dólares, y para la roya este año he dado siete fumigadas, o sea 3.500 dólares. Y de ahí pagué otras dos de foliares para detener la flor”, relata Díaz.

Dado que la finca se encuentra en una zona de mediana altura se corre el riesgo de que el hongo sea más agresivo con los cultivos.

El impacto de las temperaturas en el ecosistema

“El hongo de la roya no apareció por el cambio climático. Tiene años de existir. Ha sido parte del agroecosistema cafetalero por años. Lo que sí es que las temperaturas más calientes aumentan el nivel de intensidad en la expansión de ese hongo, así como la defoliación del arbusto del cafeto”, explica el experto en sostenibilidad y medio ambiente, Juan Marco Álvarez.

El café de estricta altura ya no es inmune

Bosque Lya se halla a 1.650 metros sobre el nivel del mar, en la zona boscosa de Los Naranjos. La neblina está presente la mayor parte del día en esta finca de 90 manzanas, por lo que la producción de la variedad Bourbon alcanza la calidad ideal para ser exportada.

En los 35 años que Joe Molina lleva administrando la finca ha visto el impacto del clima en sus cultivos y cómo los hongos que consumen los cafetos evolucionan.

Que una finca de café desaparezca

Significa una fuente de empleo menos para los campesinos que solían dedicarse a la corta del café durante los meses de noviembre y diciembre. Además, es un impacto en la economía del país porque de 244.151.136 millones de dólares exportados en café en 1990 ahora se exportan 93.544.465 millones en 2020.

Hacer frente a los embates del clima no ha sido posible para todos

Expertos consultados sostienen que el área cafetalera de América Latina debe apostarle a investigaciones que den como resultado nuevas variedades de café más resistentes a los hongos y al clima. Asimismo apostar por los bosques de sombra, que mejorarían el clima de la zona y los recursos ambientales en las regiones.

Fuente: VOA

Lea también.

 

 

Archivo CA

Archivo CA

Deje su comentario