Encararon la jornada con pesimismo
La congresista, que estaba en su tercer periodo en el Congreso, y sus aliados encararon la jornada con pesimismo, conscientes de que el apoyo de Trump había dado un impulso considerable a Harriet Hageman en el estado donde el exmandatario ganó por un margen más amplio en 2020. Cheney ya pensaba en su futuro político más allá del Capitolio y podría barajar una candidatura presidencial en 2024, lo que la colocaría de nuevo enfrentada a Trump.
Ante un pequeño grupo de seguidores, incluido su padre, el exvicepresidente Dick Cheney, Cheney describió su derrota como el inicio de un nuevo capítulo en su carrera.
“Nuestro camino está lejos de terminar”, dijo el martes por la noche parafraseando a Abraham Lincoln, que también perdió elecciones al Congreso antes de llegar a la presidencia y preservar el país.
Los resultados, y el margen de unos 30 puntos, eran un claro recordatorio del rápido giro a la derecha en el partido. Antes dominado por conservadores centrados en la seguridad nacional y en dar facilidades para empresas, el partido pertenece ahora a Trump, impulsado por su atractivo populista y, sobre todo, su negación de la derrota en las elecciones de 2020.
Esas mentiras, rechazadas con rotundidad por funcionarios electorales federales y estatales, así como el propio secretario de Justicia de Trump y jueces nombrados por él, hizo que Cheney pasara de ser una crítica ocasional del expresidente a la voz más clara en el partido que alertaba de que el exmandatario supone una amenaza para las normas democráticas. Ella es la republicana de mayor rango en el comité de la Cámara de Representantes que investiga la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos, protagonizada por una turba de seguidores de Trump. Cheney hizo referencia al ataque cuando habló de su futuro político.
“Desde el 6 de enero he dicho que haré lo que sea necesario para asegurar que Donald Trump nunca vuelve a acercarse al Despacho Oval, y lo digo de verdad”, dijo.
Senadora Murkowski gana primaria en Alaska
Pero la senadora Lisa Murkowski, otra republicana que ha desafiado al expresidente, superó un obstáculo en Alaska. Estaba lista para enfrentarse a la retadora respaldada por Trump, Kelly Tshibaka, en las elecciones al Congreso del 8 de noviembre, mientras los dos candidatos avanzaban en las primarias no partidistas de ese estado.
La congresista, que estaba en su tercer periodo en el Congreso, y sus aliados encararon la jornada con pesimismo, conscientes de que el apoyo de Trump había dado un impulso considerable a Harriet Hageman en el estado donde el exmandatario ganó por un margen más amplio en 2020. Cheney ya pensaba en su futuro político más allá del Capitolio y podría barajar una candidatura presidencial en 2024, lo que la colocaría de nuevo enfrentada a Trump.
Ante un pequeño grupo de seguidores, incluido su padre, el exvicepresidente Dick Cheney, Cheney describió su derrota como el inicio de un nuevo capítulo en su carrera.
“Nuestro camino está lejos de terminar”, dijo el martes por la noche parafraseando a Abraham Lincoln, que también perdió elecciones al Congreso antes de llegar a la presidencia y preservar el país.
Los resultados, y el margen de unos 30 puntos
Eran un claro recordatorio del rápido giro a la derecha en el partido. Antes dominado por conservadores centrados en la seguridad nacional y en dar facilidades para empresas, el partido pertenece ahora a Trump, impulsado por su atractivo populista y, sobre todo, su negación de la derrota en las elecciones de 2020.
Esas mentiras, rechazadas con rotundidad por funcionarios electorales federales y estatales, así como el propio secretario de Justicia de Trump y jueces nombrados por él, hizo que Cheney pasara de ser una crítica ocasional del expresidente a la voz más clara en el partido que alertaba de que el exmandatario supone una amenaza para las normas democráticas. Ella es la republicana de mayor rango en el comité de la Cámara de Representantes que investiga la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos, protagonizada por una turba de seguidores de Trump. Cheney hizo referencia al ataque cuando habló de su futuro político.
“Desde el 6 de enero he dicho que haré lo que sea necesario para asegurar que Donald Trump nunca vuelve a acercarse al Despacho Oval, y lo digo de verdad”, dijo.
Senadora Murkowski gana primaria en Alaska
Pero la senadora Lisa Murkowski, otra republicana que ha desafiado al expresidente, superó un obstáculo en Alaska. Estaba lista para enfrentarse a la retadora respaldada por Trump, Kelly Tshibaka, en las elecciones al Congreso del 8 de noviembre, mientras los dos candidatos avanzaban en las primarias no partidistas de ese estado.
Fuente: VOA