El de diciembre es tradición preparar las quemas de los cohetes, las estrellitas o los morteros que serán explotados cuando el reloj marque la medianoche.
Y es que aparte de ser una tradición de Año Viejo, la venta de pólvora es, además, parte de la subsistencia de algunas familias centroamericanas.
A inicios de diciembre, los vendedores comienzan a armar puestos de venta de lámina y madera en que almacenan los distintos tipos de pólvora, pese a los riesgos de su uso.
En el último mes del año los gobiernos del Triángulo Norte de Centroamérica suelen declararse en alerta debido a los riesgos a la salud que conlleva la quema de pirotecnia.A través de campañas en redes sociales o con leyes que prohíben la venta en algunos lugares, buscan reducir el número de quemados.
Desde principios de diciembre en Guatemala, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social declaró en alerta máxima las unidades de pediatría de la red hospitalaria debido a que la mayoría de quemados durante las fiestas navideñas eran menores de edad, además de la implementación del ´´Plan Belén´´
Entre el 24 y 31 de diciembre, los principales hospitales y unidades de bomberos atendieron al menos 63 emergencias por quema de pólvora, de acuerdo con cifras oficiales.
Redacción: Fernando Polanco.