Este hombre, que no fue identificado, de unos 40 años, fue condenado en septiembre a dos años y medio de cárcel, según el Tribunal de Distrito de Busan y la Fiscalía del distrito.
El hombre había creado unas 360 imágenes generadas por IA en abril, según informó la fiscalía a CNN. Las imágenes no se distribuyeron y fueron confiscadas por la Policía.
Los fiscales argumentaron durante el caso que la definición de material de explotación sexual debía incluir descripciones de comportamientos sexuales de “humanos virtuales” y no sólo la aparición de niños reales.
La sentencia demostró que el contenido sexualmente abusivo puede incluir imágenes realizadas con tecnología de “alto nivel” lo suficientemente realista como para parecerse a niños y menores reales, según la Fiscalía.
El caso se produce en un momento en que los gobiernos de todo el mundo se enfrentan a la explosión de la industria de la IA, con repercusiones de gran alcance que van desde los derechos de autor y la propiedad intelectual hasta la seguridad nacional, la intimidad personal y los contenidos explícitos.
Muchos se apresuran ahora a regular la tecnología, especialmente cuando casos como el de la sentencia de Corea del Sur ponen de relieve cómo la IA puede utilizarse para violar la autonomía y la seguridad corporales de las personas, especialmente de las mujeres y los menores.
A principios de este mes, la Policía de España abrió una investigación después de que se alteraran con IA imágenes de chicas menores de edad para quitarles la ropa y se enviaran por la ciudad. En uno de los casos, un chico había intentado extorsionar a una de las chicas utilizando una imagen manipulada de ella desnuda, según declaró la madre de la chica al canal de televisión Canal Extremadura.