Por qué las zapatillas acolchadas son las más usadas para correr

Cualquiera que corra o sea un espectador de carreras quizá se dio cuenta de que las zapatillas para correr muy acolchadas de plataforma se volvieron casi omnipresentes. Sin embargo, correr así podría afectar la técnica y la condición de un deportista de manera sorprendente, de acuerdo con una serie de nuevos estudios entre atletas aficionados.

Esta investigación, entre las primeras en examinar la biomecánica de los corredores ordinarios que usan zapatillas superacolchadas, encontró que algunos de ellos tienen un efecto de contacto más fuerte que los calzados estándar. Los resultados tienen implicaciones para la comodidad y el riesgo de lesiones, así como para nuestra opinión respecto a si estos modelos de suela gruesa, cada vez más populares, son adecuados.

El calzado muy acolchado reemplazó en gran medida al minimalista y el estilo “descalzo” que muchos de nosotros usábamos hace unos años. Se esperaba que esos modelos ligeros y poco acolchados nos permitieran correr de una manera más natural, lo cual reduciría el riesgo de lesiones. Sin embargo, algunos se lastimaron usando los modelos minimalistas, y otros no disfrutaban la sensación demasiado ligera de estas zapatillas. Y así, como ocurre a menudo, el interés se volcó al otro extremo.

Se considera que estas zapatillas maximalistas, que generalmente tienen entresuelas altas llenas de espuma (y a veces otros materiales de alta tecnología, como placas de fibra de carbono), son más cómodas, tienen menos probabilidad de provocar lesiones y, en el caso de algunos modelos, son más veloces que las menos acolchadas, por lo que se volvieron especialmente populares entre los profesionales.

Sin embargo, algunos estudios analizaron los efectos de estos calzados en la forma en la que corren los atletas aficionados promedio. Así que, para los nuevos estudios, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Oregon, campus Cascades, en Bend, Oregon, dio inicio a una serie de experimentos.

Corredores esperando para empezar una carrera en Berlín el 13 de septiembre de 2018. (Mustafah Abdulaziz/© 2020 The New York Times Company)
Corredores esperando para empezar una carrera en Berlín el 13 de septiembre de 2018. (Mustafah Abdulaziz/© 2020 The New York Times Company)

En el primero, publicado en 2018 en The Orthopaedic Journal of Sports Medicine, participaron quince corredoras. Los investigadores les dieron a las voluntarias zapatillas neutrales, con una cantidad promedio de acolchado en la entresuela, y maximalistas, muy acolchadas. Las mujeres usaron ambos tipos de calzado y corrieron sobre placas de fuerza integradas a una pista larga, mientras los investigadores las filmaban usando tecnología de captura de movimientos.

Luego, corrieron cinco kilómetros en una cinta y más tarde recorrieron la pista otra vez.

Al comparar su técnica, los investigadores señalaron que, casi de manera uniforme, las mujeres aterrizaban con más fuerza al usar los calzados maximalistas que con el par neutral, además de que la pronación era mayor —lo cual significa que sus tobillos giraban hacia adentro ligeramente— cuando despegaban los pies del suelo.

Esos cambios en la forma de correr podían aumentar el riesgo de lesiones, en caso de continuar. Sin embargo, ese estudio solo revisó un recorrido con cada tipo de zapatilla.

Así que, para un análisis de seguimiento, publicado el año pasado en la revista American Journal of Sports Medicine, los investigadores hicieron que las corredoras de nuevo se desplazaran por las placas de fuerza usando calzados neutrales y acolchados, pero después también las hicieron usar el par maximalista durante seis semanas de entrenamiento, antes de repetir las pruebas.

Como sucedió antes, las corredoras tocaron el suelo con más fuerza y la pronación fue mayor al usar los maximalistas durante su primera visita al laboratorio.

No obstante, esos cambios en el estilo de correr no se redujeron durante las seis semanas de entrenamiento. En efecto, las mujeres no se adaptaron a las zapatillas. Siguieron golpeando con más fuerza el suelo y girando los tobillos un poco más al usar los pares con plataforma, a diferencia de lo que ocurría con los neutrales.

Finalmente, para el experimento relacionado más reciente, que se publicó en enero en la revista Journal of Science and Medicine in Sport, varios de los investigadores le pidieron a una compañía de zapatillas que personalizara un par de sus pares neutrales, eliminando o agregando espuma, para que el mismo modelo pudiera servir como calzado minimalista, maximalista y neutral.

Esos modelos personalizados permitirían que los científicos se enfocaran de manera exclusiva en la influencia del acolchado en la técnica de los deportistas al correr.

Los investigadores después reunieron a un nuevo grupo de veinte corredores y corredoras aficionados, les dieron los personalizados y repitieron los procesos de las placas de fuerza y la captura de movimientos. Esta vez, pocos golpearon el suelo con tanta fuerza al usar los maximalistas, pero la pronación siguió siendo mayor que con los otros modelos.

En general, los tres experimentos sugieren que el acolchado adicional sí afecta varios aspectos de la manera en que corremos, dijo J.J. Hannigan, actualmente profesor adjunto de quinesiología de la Universidad Estatal de San José, quien, junto con su asesora posdoctoral, Christine Pollard, y otros miembros de la Universidad Estatal de Oregon, participó como autor en cada uno de los estudios. Específicamente, las suelas con plataforma de los calzados maximalistas parecen afectar de manera sutil el equilibrio.

“Si extendés la altura de una zapatilla, la tendencia es que sea menos estable”, dijo Hannigan, por lo que es probable que aumenten el movimiento y la pronación del tobillo. De igual manera, comentó, las capas adicionales de espuma aminoran la percepción del suelo. En ese caso, los músculos, el cerebro y el sistema nervioso quizá sean menos capaces de coordinar y anticipar de manera precisa cómo será la pisada al entrar en contacto con el piso.

Sin embargo, ninguno de los estudios dio seguimiento a las lesiones de los corredores que usaron estas zapatillas o las otras, así que los autores no saben si el acolchado adicional exacerba o reduce las probabilidades de lastimarse.

Tampoco revisaron la velocidad al correr ni cómo se sentían los corredores con los calzados gruesos, factores que pueden ser importantes al momento de elegir un modelo. Hannigan espera analizar algunos de esos datos en estudios próximos. Por ahora, si te interesan las zapatillas maximalistas, “visitá una tienda para corredores y probalas antes de comprarlas”, comentó Hannigan.

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