El Caribe apuesta por el turismo subacuático

La atracción subacuática de nadar con tiburones toro se ha convertido en la nueva apuesta del turismo en países como Cuba y las Bahamas.

En las Bahamas los operadores turísticos descubrieron el gran negocio que implica el ofrecer la experiencia de bucear con tiburones. Según un estudio el cual fue publicado en el año 2014 por el Biological Conservartion, Bahamas registró una alta afluencia de buceadores que provenían de diversas partes del mundo con el objetivo de nadar con tiburones. Esta actividad aportó más de $100 millones de dólares a la economía local de dicho país.

Por otra parte, el turismo de tiburones en la nación de Cuba es mucho más pequeña a la que se maneja en la Bahamas. Los guías en este país, mantienen la esperanza de que los arrecifes prístinos que se encuentran en la isla y los aumentos que actualmente se realizan por diversas entidades para salvaguardar las 100 especies de tiburones nativos que aproximadamente se registran en sus aguas, sean una fuente para generar más turismo. Cuba fue muy golpeada por el COVID-19. Previo a la pandemia, el centro de buceo ubicado en la Playa Santa Lucía, solía ser un centro de atracción para los aficionados a los tiburones que llegaban de diversas partes del mundo.

Actualmente las sumergidas para ver a los tiburones toro no son tan comunes como lo eran previo a la pandemia. Según los guías locales, la cantidad de personas que opta por realizar esta aventura ha disminuido considerablemente.

Los biólogos marinos han expresado que a pesar de la gran publicidad que pueden generar los ataques de tiburón hacia los seres humanos, estos animales no suelen representar ningún riesgo. Los tiburones son necesarios e imprescindibles para mantener la salud de los arrecifes y las poblaciones de los peces que habitan en el área.

Una de las atracciones más comunes en el nado con estos animales, es el contacto con los tiburones toro. Esta especie cuenta con 350 dientes, un aspecto musculoso. Son propensos a atacar barcos. Sin embargo, los ataques a seres humanos son raros, pero es más común que se registren casos donde las personas cazan a estos tiburones para comercializar sus aletas, hígado y piel.

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Alessandro Guirola

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