El Ruby Princess, de 113.561 toneladas, “hizo contacto inesperado con el muelle en Pier 27” en el puerto de San Francisco este jueves por la mañana, dijo Princess Cruises en un comunicado.
“No hubo heridos y en ningún momento ningún huésped o tripulación estuvo en peligro”, dijo la compañía. “El barco está a salvo al costado y el desembarco se ha completado”.
El pasajero Paul Zasso dijo que sabía que algo no iba bien cuando el barco se acercó al muelle.
“Me di cuenta de que estábamos girando bastante rápido, para estar tan cerca del muelle”, dijo Zasso a KGO, afiliada de CNN. “Yo estaba en medio del barco, a babor, miré por la ventana y chocamos contra el muelle”.
La Guardia Costera de EE.UU. está investigando el accidente, según declaró a CNN el contramaestre Hunter Schnabel.
El barco, con capacidad para 3,080 pasajeros y 1.200 tripulantes, sufrió daños en la parte trasera izquierda. El muelle también resultó dañado, según Princess Cruises.
Mientras los investigadores evalúan los daños tanto en el barco como en el muelle, Princess Cruises dijo que aún planeaba embarcar pasajeros para otro viaje de ida y vuelta de 10 días a Alaska. Pero no estaba claro de inmediato cuando el Ruby Princess sería capaz de iniciar su próximo viaje.
Jim Simpson y su familia están entre los que esperan zarpar hacia Alaska.
“No nado tan bien. Creo que solo lo arreglarán”, dijo Simpson a KCO.
“Es un crucero de 10 días, hay tiempo de sobra”, dijo a la afiliada. “Podemos recuperar el tiempo en movimiento y cosas así. Así que no creo que vaya a ser un problema”.
