Expertos dialogaron en el análisis de ALas845 sobre las consideraciones generales para el presupuesto del 2024.
Abelardo Medina, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) y David Casasola del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), explicaron las circunstancias para el próximo gobierno en la administración y ejecución del gasto público.
Para Medina, el presupuesto debe ser visto como una práctica de planificación a largo plazo.
“Hay que comprender la lógica del funcionamiento del presupuesto. La mayoría lo vemos como un hecho aislado. Pero nos debería preocupar es cómo se enlaza a la planificación a mediano plazo y luego a largo plazo”, dijo.
Casasola recordó que el presupuesto nacional es inflexible, al dejar poco ámbito de maniobra para la inversión pues ya tiene comprometidos rubros sobre todo en funcionamiento del Estado.
“Con la factura electrónica se puede hacer una fiscalización más fuerte, pero al haber pasado tanto tiempo sin aprobar un presupuesto, la meta de recaudación no se actualizó por decirlo así. Si al final buscamos usar el presupuesto como una herramienta para corregir temas sociales y de competencia, no nos da porque es uno muy rígido”, adujo.
Medina aseguró que es primordial afrontar la corrupción, pero no es la única de las condiciones que se deben evaluar para atender las demandas de la ciudadanía.
“Atacar frontalmente a la corrupción es necesario, pero no suficiente. La recaudación abrirá una brecha para tener un exceso de recursos, pero las condiciones financieras siguen estando por debajo de las necesidades de la población. Debe haber una planificación adecuada sobre lo que se debe ejecutar por año. Debe mejorarse la eficiencia tributaria”, indicó.
